"La historia del cuadro de`Lucrecia´ resulta conmovedora"

Begoña Gil Roa elige el cuadro de Lucas Cranach de la exposición '110 años,110 obras' del Bellas Artes.

Un reportaje de M. Redondo   |   Foto: Jose Mari Martínez
Martes, 26 de Junio de 2018

L ucrecia juguetea nerviosa con el velo entre los dedos. De pie, desnuda, mira atentamente al espectador mientras sostiene un puñal con el que momentos después acabará suicidándose. El cuadro, que cuelga en la sala BBK en la exposición 110 años, 110 obras en el Bellas Artes, es una obra original pintada en 1534 por Lucas Cranach el Viejo, uno de los artistas más prolíficos del Renacimiento alemán. Lucrecia estaba considerada una de las mujeres más bellas y respetadas del Imperio Romano. Cuando su marido se encontraba fuera de Roma, su primo Sexto Tarquinio aprovechó la noche para violarla. Aunque Colatino, su marido, aceptó las explicaciones, esta no pudo soportar la vergüenza y se suicidó en presencia de su padre y de su marido. Ello causó una revuelta en Roma que acarreó la proclamación de la república. La belleza del cuerpo, la delica­deza del rostro y la mirada, lo sutil del velo y la sensualidad de las joyas que destacan directamente sobre el desnudo hacen de esta versión una de las más atractivas de entre todas las salidas del taller del maestro alemán.

Begoña Gil Roa, Amiga del Bellas Artes El cuadro siempre le ha fascinado a Begoña Gil Roa, una pensionista que nació en Bilbao, y que forma parte del colectivo de Amigos del Museo. "He venido a ver esta obra muchísimas veces, es mi preferida de toda la colección con diferencia. La historia es conmovedora y el personaje que ha pintado Lucas Cranach es el mejor, parece que te está hablando. Gracias a Dios la tenemos en este museo y puedo venir cuando quiera a verla", explica Begoña. Begoña es muy aficionada a la pintura, "cuando estudié bachiller tuve una profesora extraordinaria que nos enseñó mucho de arte, y esta afición aumentó cuando asis¬tí al Instituto de Estudios de Ocio Ocio en la Universidad de Deusto. Además, he asistido a numerosas conferencias que dan en el Bellas Artes, con becas de las que me he podido beneficiar, en colaboración con los Amigos del Prado... Podría venir gratis, porque tengo una discapacidad, pero no he querido hacerlo, me gusta contribuir, así que decidí hacerme Amiga del Museo".

SILLAS PARA VER LA EXPOSICIÓN

Lucas Cranach el Viejo
Lucrecia, 1534
Confiesa Begoña que viene mucho al Bellas Artes, "siempre que puedo, aunque tengo que reconocer que últimamente me cuesta más, tengo problemas de los huesos. Afortunadamente, este museo cuenta con sillas que recoges en taquillas y que te las puedes llevar a la exposición para sentarte cuando las necesites. Sin ellas, las personas que tenemos problemas como yo no podríamos disfrutar del arte". También ¡suele acudir a las visitas que hacen en grupos y asociaciones, a las conferencias con los amigos... "Ahora, acabo de estar en una charla que ha dado José Luis Merino, del departamento de Restauración y Conservación del Museo, precisamente sobre este cuadro, y siempre descubro algo nuevo".

Adquirido en 2012, es junto con La ninfa de la fuente del Museo Thyssen-Bomemisza el único desnudo de Cranach el Viejo en un museo estatal.