"Inspira mucha contundencia, algo que va acompañado del material"

El portugalujo Gerardo Ríos elige la escultura 'Gran Profeta' en el Museo de Bellas Artes de Bilbao

Un reportaje de Ruben Olveira Aranjo   |   Foto: José Mari Martínez
Viernes, 14 de septiembre de 2018

Gerardo Ríos es un portugalujo a quien la vida -primero familiar y después laboral- le llevó a Madrid hace casi 40 años. Pero quien es de Bizkaia lo es para siempre y todos los veranos alquila en Ea una casa para volver a sus raíces. Ese retorno implica visitar el Bellas Artes de Bilbao, el primer museo que conoció hace tantos años y que cada vez que lo visita le sigue sorprendiendo.

Gerardo Ríos, visitante portugalujo"Venía con el colegio. Desde entonces he vuelto mucho. Estudié Ingeniería Industrial en San Mamés y cuando venía a la estación antigua, que estaba en el parque, entraba al museo a ver los cuadros que más me gustaban". No tan espectacular, pero sí mucho más íntimo. Esa es para Gerardo la esencia del Bellas. Se ha detenido tantas veces ante sus obras que ya le resultan familiares, tanto que le gusta volver a verlas. Y en esta ocasión se ha centrado en Gran Profeta, la escultura de Gargallo que forma parte de la exposición 110 Años 110 Obras con la que el museo celebra sus once décadas abierto a la sociedad vasca.

Pablo Gargallo
Gran Profeta, 1933
Enérgica, rotunda, pero muy estética al mismo tiempo, con un equilibrio; fuerte y suave a partes iguales. "Me inspira mucha filosofía, mucha convicción en lo que tiene que predicar, mucha contundencia, que va acompañado del material de la estructura tan potente, en la base sobre todo; pero también de esa verticalidad, esa gestualidad tan fuerte". Una obra "estupenda", sentencia.

Más allá del Bellas Artes, cuando vuelve a su tierra natal a Gerardo también le gusta visitar la Escuela de Ingeniería, pasear por el Parque de Doña Casilda y potear por Pozas. "Son mis sitios de la juventud y es agradable recordarlos", comenta, nostálgico. Además, asegura que "cuando vuelves de fuera" es cuando realmente uno se da cuenta de todo lo que ha cambiado Bilbao en poco tiempo.

ablo Gargallo ocupa un lugar de honor en el arte español. Clasicista y experimental, fue pionero en la construcción de figuras tridimensionales con piezas de metal planas. En sus inicios barceloneses conoció las labores de forja modernista; y en su etapa más audaz en París abandonó la escultura de bulto redondo para experimentar con el entorno y el vacío, lo que le emparenta con Lipchitz.

Su trabajo directo con el metal se anticipó (y orientó) a Julio González y Picasso. Por todo ello es un precursor de la escultura contemporánea occidental.

Gran Profeta, emblema del arte español de su tiempo, es la escultura más ambiciosa y célebre de Pablo Gargallo, compendio final de su creatividad. Retoma el colosalismo tradicional con un lenguaje experimental que juega con las formas curvas y los volúmenes vacíos. De esta creación existen otros ejemplares de bronce en museos como el Pompidou de París y el Gulbenkian de Lisboa.