"Muestra el estilo 'natura morta' a través de la luz"

El francés Ivy Bogdari elige 'Bodegón con frutas y un jarro' entre la muestra del Museo de Bellas Artes de Bilbao

Un reportaje de Andrea Valle   |   Foto: Borja López
Lunes, 30 de Julio de 2018

Ivy Bogdari estuvo hace unos días visitando la exposición 110 Años 110 Obras en el Museo de Bellas Artes de Bilbao. Es la primera vez que el francés pasaba las vacaciones en Bilbao y solo llevaba tres días por aquí. En estos días le ha dado tiempo para visitar Azkuna Zentroa, el Museo Guggenheim y también esta pinacoteca. "Es la primera vez que vengo al Museo de Bellas Artes de Bilbao y he visto muchas cosas muy interesantes", comentó a DEIA.

Ivy Bogdari, visitante francés Para entender mejor la exposición, Bogdari contó con la ayuda del folleto en francés. "Esta exposición es muy interesante, porque enseña la historia del arte y explica la historia de cada una de las obras", indicó el turista. Además, la organización de la galería permite avanzar por la muestra y recorrer la historia del arte. Conforme detalló Bogdari, "los cuadros están puestos de manera que vas avanzando cronológicamente y ves la evolución que ha tenido el arte a lo largo del tiempo".

Luis Meléndez
Bodegón con frutas y un jarro, c. 1773
Entre todos los cuadros eligió Bodegón con frutas y un jarro de Luis Meléndez como su favorito del museo. Le gusta el lienzo porque le encanta el contraste que hacen los colores vivos que el autor utiliza en los objetos con el color oscuro del fondo. También le apasiona el estilo usado por el artista. "Este cuadro muestra el estilo de natura moría muy bien representado con los reflejos de la luz sobre las cerezas y los melocotones. La luz viene solamente de los objetos", aseguró.

EL AUTOR

Luis Meléndez nació en Nápoles (Italia) en 1716 y murió en Madrid en 1780. Era hijo de un pintor de miniaturas establecido en Nápoles, y comprometido en los intentos de crear una Academia de Bellas Artes en Madrid. Su soberbia le indispuso con sus colegas y su hijo sufrió las consecuencias, siendo expulsado de la Academia en 1748.

A su regreso a España en 1753, y tras su trabajo como pintor de miniaturas en los libros corales de palacio, intentó conseguir un puesto de pintor de cámara de Carlos III, sin que sus memoriales encontraran respuesta. Esto le forzó a cultivar la pintura de bodegones, género de fácil venta, donde alcanzó un virtuosismo sin igual.