"Son tan realistas que parece que se pueden oler desde aquí"

La irundarra Carla Laurenzo elige para DEIA la obra 'Canastilla de flores' del pintor Juan de Arellano
Un reportaje de Andrea Valle
Martes, 24 de julio 2018
"Las flores son tan realistas que parece que se pueden oler desde aquí", explica Carla Laurenzo cuando pasa por delante de la pintura Canastilla de flores de Juan de Arellano. Estudia bachillerato artístico en Irun y su intención es licenciarse en Bellas Artes algún día.
Carla Laurenzo, visitante La obra elegida por Carla fue pintada en 1671 por Juan de Arellano, pintor barroco español especializado en el género del bodegón de flores. Estas pinturas se importaban de Italia y Flandes en el Madrid barroco, por lo que los artistas locales se especializaron en ellos. Entre todos los que desarrollaron su pintura con los bodegones de flores, quien destacó fue Juan de Arellano, que conformó su estilo siguiendo a Jan Brighel, Daniel Seghers y, sobre todo, al romano Mario Nuzzi.
Juan de Arellano
Canastilla de flores, 1671El óleo colgado en el Bellas Artes es una obra importante en la producción del artista, ya que, al estar fechada, se toma como referencia para datar obras similares. "Me ha impresionado el realismo del cuadro. Las hojas, los pétalos, los tallos... están muy conseguidos", afirma Carla. "Los colores resaltan con el fondo negro y eso me ha llamado muchísimo la atención y me ha hecho acercarme", prosigue. La joven irundarra asegura que el cuadro, "por simple que parezca, es bonito. Podría decir que es maravilloso, impresionante, pero opino que es una obra muy bonita. Puede parecer que una pintura que plasme solo unas flores es algo que no lleva muchas horas. Sin embargo, es un cuadro con muchísimo trabajo detrás y eso se aprecia en los pequeños elementos".
LOS DETALLES
En el cuadro se observa, sobre un plinto de piedra, un cestillo de mimbre repleto de flores en su punto máximo de belleza y frescura: rosas, narcisos, irises, anémonas... Varias mariposas posan en ellas, algo que a la joven irundarra le sorprende gratamente. "Parece que solamente son flores, pero si te acercas y te fijas, hay mariposas escondidas entre ellas. Esos detalles marcan la diferencia".
El diseño es simétrico y poco novedoso, pero resulta grato por la sabia distribución de colores y luces. En realidad, el bodegón que aparece en el óleo es ficticio ya que las especies botánicas que se ven florecen en meses distintos, por lo cual Arellano tuvo que imaginar el ramo uniendo estudios parciales recopilados previamente.