"Este cuadro muestra la aspereza y el sacrificio asociado al trabajo rural"

Antia y Joe, de Asturias e Inglaterra, respectivamente, escogieron 'Carro, de Ibarrola, de la colección del Bellas Artes

Un reportaje de Ruben Oliveira Araujo   |   Foto: José Mari Martínez
Domingo, 16 de septiembre de 2018

Áspero. Duro. Negro. Rallado. Carro es de esas piezas que por su rudeza -tanto temática como artística- apelan a la misma existencia de tantas y tantas personas. Entre la figuración y la abstracción, pero sobre todo con esa esencia reivindicativa que envuelve toda la obra de su autor (Agustín Ibarrola), Antia y Joe se mueven entre el desencanto y la admiración, en esa estrecha línea que es la vida de la clase obrera en el Estado español.

Antia Diz y Joe Davis, visitantes"Muestra el trabajo manual, el sacrificio de un trabajo duro como es el del campo", interpretan Antia Diz y Joe Davis, de Gijón y Reeding (Inglaterra), respectivamente. La gama de negro y gris, la forma dura y puntiaguda del carro y la tosca pero precisa pincelada del pintor les recuerda a "algo propio del ser humano, de la gente de a pie". "No te resulta algo extraño, sino todo lo contrario: demasiado cercano".

Esta joven pareja se animó la semana pasada a comentar Carro, uno de los cuadros que forma parte de la exposición 110 Años 110 Obras que el Bellas Artes ha presentado durante este verano, que se clausura hoy, con motivo de las once décadas que lleva abierto a la sociedad. DEIA celebra el aniversario presentando la importante colección de la pinacoteca de la mano de los propios visitantes.

Agustín Ibarrola.
Carro, 1975
En el caso de Antia y Joe, al margen de esta obra también tuvieron sentimientos encontrados sobre la selección que hizo la pinacoteca. A él, el hecho de "pasar tantos siglos de la historia de golpe" le desconcertó. A ella, en cambio, le ayudó a hacerse una idea general del arte y, sobre todo, a organizar las ideas. "Para alguien que quiere tener una visión más general es perfecto".

Coincidieron en que acudir a la exposición fue un acierto. "Es la tercera vez que venimos a Bilbao y hemos decidido que no nos podíamos ir sin ver antes el Bellas Artes".

EL AUTOR

Con apenas dieciocho años, Ibarrola debuta en una exposición. Sus temas predilectos son fabriles y rurales. Poco después frecuenta el taller madrileño de Vázquez Díaz y, en 1950, conoce a Oteiza, quien le invita al proyecto decorativo de Arantzazu, si bien su encargo no se hará realidad. En 1956 viaja a París, cofunda Equipo 57 (pionero de la abstracción geométrica) y de vuelta es encarcelado dos veces por su militancia comunista. Forma parte de varios colectivos (Gaur, Hemen, Orain, etc.) y en 1976 participa en la Bienal de Venecia.

El Ibarrola reivindicativo de los años sesenta-setenta, volcado en temas de la clase obrera, tiene un buen ejemplo en este Carro, que en cierto modo resume la coexistencia de figuración y abstracción en el arte vasco del momento. La impronta del realismo social y el muralismo mexicano deja paso a una austeridad geométrica y cromática conectada con Oteiza y Chillida.