"El pintor plasma el sacrificio de Isaac con toda su violencia"

El cordobés Rafael Ceballos elige la obra de Pedro Orrente, inspirada en el pasaje bíblico
Un reportaje de Asier Carnero | Foto: Oskar González
Viernes, 17 de agosto de 2018
El cordobés Rafael Ceballos visitó hace unos días la exposición 110 Años 110 Obras en el Museo de Bellas Artes de Bilbao. No es la primera vez que se pasea por los pasillos de la pinacoteca, porque viene a visitar la galería cuando sube desde Andalucía a ver a sus hijas, que están trabajando en la villa desde hace unos años. Según comentó a DEIA, "este es el cuarto año que vengo a visitar a mis hijas y he venido al Bellas Artes en un par de ocasiones, aprovechando las vacaciones". Rafael Ceballos, visitante cordobés
Considera que el Bellas Artes de Bilbao, a diferencia de otros museos que ha visitado Ceballos en otras ciudades, es entretenido y se puede ver sin prisas. "Esta pinacoteca me gusta, no es excesivamente cargante, en cuanto al número de obras que se exponen. También hacen exposiciones temporales y gracias a eso siempre hay una razón para venir", explicó el cordobés.
Ceballos eligió el cuadro El sacrificio de Isaac, de Pedro Orrente, como su favorito. El lienzo tiene una temática oscura y tenebrosa, que aborda los sacrificios violentos que se hacían antiguamente y cómo un ente divino hace rectificar al verdugo del protagonista de la obra. "Me ha llamado la atención la violencia que representa la obra y la piedad de la mujer implorando que no se ejecute el sacrificio. Los colores son apagados y fríos y predominan los oscuros por encima de los claros.
Pedro Orrende
El sacrificio de Isaac, c. 1616EL AUTOR
Pedro Orrende nació en Murcia en el año 1580 y murió en Valencia en 1645. Fue un artista de gran éxito en su tiempo, admirado como seguidor de las fórmulas de la célebre familia de artistas del Véneto, sobre todo en la realización de temas del Antiguo Testamento, ambientados en frondosos paisajes. Vivió en varias ciudades del estado, se trasladó muy joven desde su Murcia natal a Toledo. Después, viajó a Venecia y allí pasó por el taller de Leandro Bassano. Durante su estancia en Venecia, asumiría su concepción de la pintura como una actividad orientada al mercado. En este sentido, será fundamental el tratamiento de los temas sacros como escenas de género.