"La niña del clavel rojo de Guiard vivía en un caserío en Deusto"

González de Durana habla del cuadro del artista vasco con motivo de los 110 años del museo.

Un reportaje de Maite Redondo   |   Foto: Oskar González
Sábado, 23 de junio de 2018

LLa aldeanita del clavel rojo mira directamente al espectador. Sobre su cabeza, esta adolescente sostiene un cántaro de leche que sujeta por el asa con la ayuda de su mano izquierda, en tanto que apoya la derecha sobre su cadera. Con la misma naturalidad, muerde con su boca la flor. Pero, ¿realmente existió esta joven que el pintor bilbaíno Adolfo Guiard pintó en 1903? El espectacular cuadro cuelga en la sala BBK del Bellas Artes de Bilbao y forma parte de las 110 obras que conforman la exposición que el museo presenta con motive de los 110 años que cumplirá el próximo 5 de octubre.

Javier González de Durana, historiador y comisarioEl historiador y comisario Javier González de Durana realizó su tesis doctoral sobre Guiard, el primer atista moderno, y concluye que ésta es una de las obras cumbre de este pintor, hijo de un fotógrafo ambulante francés que al recalar en Bilbao se casó con una joven de Atxuri. "Guiard presenta muy bien el momento histórico de Bilbao en esa época, un momento en que la capital vizcaina es una ciudad joven, dentro de su nueva fase industrial, una urbe que está creciendo, con un futuro muy prometedor. Y esa ciudad, que es medio urbe, medio rural, se aprecia muy bien en esta pintura. El mundo rural que sobrevive va perdiendo espacio ante el avance urbanístico. La Imagen es uno de los íconos más hermosos referidos a los orígenes del capaitalismo moderno en Bilbao", reflexiona González de Durana.

MARÍA ASUNCIÓN

Cuentan los trabajadores del museo que, de vez en cuando, una joven se para ante el cuadro y observa emocionada la imagen. Ella es una de las descendientes de la niña del clavel rojo, que Guiard inmortalizó en su lienzo. "No fue una invención, realmente existió, se llamaba María Asunción Ojinaga Etxebarria, y nació en un caserío de Deusto. No la conocí personalmente, murió tres años después de iniciar mi tesis. Guiard tenía una casita donde se retiraba a pintar al lado del caserío de esta niña. Un caserío, que según se puede intuir por la Ría que se ve al fondo, se debería ubicar en Deusto o Ibarrekolanda, en una zona que desapareció cuando se hizo el canal de Deusto", explica este historiador.

Adolfo Guiard
Laldeanita del clavel rojo, 1903
Allí debió de conocer a María Asunción, como describe González de Durana, entre huertas campesinas y casas de marineros o ferroviarios, frente a la margen izquierda la Ría. "Me parece una pieza muy representativa del estilo de Adolfo Guiard y del momento histórico que vivía Bilbao", describe este historiador del arte.

¿Y técnicamente? "La pintura está muy bien estructurada, la composición de las formas y los volúmenes tienen un ritmo y un cromatismo muy armónico. Está muy bien entonada en ocres claros, azules claros, y respira la atmósfera de una buena pintura impresionista".

El impresionante cuadro fue presentado por Guiard en la tercera exposición de Arte Moderno de Bilbao, y allí fue adquirido por la Diputación de Bizkaia. Desde 1913 forma parte de los fondos de la colección de la pinacoteca bilbaina.