"Es una pieza muy buena, aunque faltan los Reyes Magos"

Quino García elige la obra 'La adoración de los pastores' de la exposición '110 Años 110 Obras'

Un reportaje de Andrea Valle   |   Foto: Borja López
Lunes, 27 de Agosto de 2018

"Este museo es increíble", apuntó el ceutí Quino García a DEIA nada más preguntarle por su primera impresión sobre la pinacoteca. García sí había tenido la oportunidad de visitar la villa con anterioridad, pero nunca se había acercado a disfrutar de las obras del Bellas Artes.

Quino García, visitante ceutíGarcía se encontraba inmerso en el pequeño lienzo de Juan Ribalta titulado La Adoración de los pastores que se encuentra en la exposición 110 Años 110 Obras cuando atendió a DEIA para explicar por qué la obra de Ribalta le atrajo de esa manera. "Me recuerda el origen de todas las fiestas de Navidad, los belenes... es el concepto del belén de toda la vida. Me ha atraído que sea algo tan típico por decirlo de alguna manera", detalló.

A pesar de su pequeño tamaño, esta obra elegida por García se encuentra entre las más singulares del Museo de Bellas Artes de Bilbao. Es una de las más refinadas de Juan Ribalta y su soporte de cobre tiene en el reverso una imagen incisa de San Luis Beltrán, firmada. Por tanto, Quino García estuvo frente a una pieza de autoría segura que además desvela el único tanteo conocido del artista en el grabado.

Juan Ribalta
La adoración de los pastores, c. 1620
"Me gusta que haya diferentes planos en la obra, y que en cada uno de ellos se pueda distinguir a personajes diversos del belén. Encontramos a los pastores llegando, a otros arrodillados, también a María, José y el niño Jesús. Al fondo se distingue el pueblo de Belén. Es una pieza muy buena, aunque faltan los Reyes Magos, el ángel...", detalló García. "Los colores son muy vivos y eso me gusta mucho", sentenció.

EL AUTOR

Juan Ribalta fue un pintor barroco español, hijo de Francisco Ribalta con quien se formó y colaboró por lo que en diversas ocasiones se han confundido obras de padre e hijo. Formado en el taller paterno y excelentemente dotado, se reveló como un artista precoz al firmar en 1615, declarando contar dieciocho años, el gran lienzo de los Preparativos para la Crucifixión pintado para la iglesia del monasterio de San Miguel de los Reyes.