Colección online y Banco de imágenes

El bodhisattva Jizo Bosatsu es quien dedica su existencia a la salvación de todos los fieles que están en el mundo del sufrimiento, introduciéndose en los infiernos para rescatar a los condenados, desde el momento de la entrada de Shakyamuni, el Buda histórico, en el hatsunehan (nirvana) hasta el final del tiempo, en que se realice la iluminación de Miroku Bosatsu. Siempre se le representa como monje budista, con la cabeza rapada, las orejas alargadas para indicar su permanente escucha a los que lo invocan, un bordón en su mano derecha, que muestra su disposición a ayudar a todos los necesitados, y una joya del auxilio en la izquierda.
Esta cabeza es parte de una escultura de piedra, seguramente de cuerpo entero, de la que sólo se conserva este fragmento. Aunque bastante deteriorada, se aprecian bien su expresión profundamente humana y su estado de permanente concentración. La bondad de su rostro es un indicador de su dedicación a todos. Estos mismos datos humanos, junto al gesto típico de la concentración budista unido a la juventud, por ser especial protector de los niños y jóvenes, que le prestan una particular veneración, nos hacen pensar que se trata de una imagen de principios del periodo Heian. Las representaciones de Jizo Bosatsu no tuvieron mucha importancia en India, aunque en China y Japón alcanzaron gran popularidad. Esto quizás se deba también a que es un protector especial de todos los que se encuentran en alguna especial tribulación, lo que hace que sus imágenes sean de las más numerosas del budismo japonés. (Fernando García Gutiérrez, 2014)

Bibliografía seleccionada

• Arte japonés y japonismo [Cat. exp.]. Bilbao, Bilboko Arte Ederren Museoa-Museo de Bellas Artes de Bilbao, 2014. pp. 122-123, n° cat. 1.