Retrato femenino - Museo de Bellas Artes de Bilbao

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Retrato femenino – 82/621

Inglada, Francesc

Barcelona , 1850 - Barcelona, 19/03/1903

Gouache, carboncillo y grafito

30 x 21,2 cm

F. Ynglada (ángulo superior derecho)

1895

Final de siglo XIX

82/621

Legado de don Laureano de Jado en 1927

Dentro de las escasas obras localizadas de Inglada, este dibujo, fechado en 1895, tiene la particularidad de ser la obra más madura que se conoce del autor. Se trata del retrato de una joven captado de perfil, cuyo cabello, recogido con un lazo y adornado con lo que puede ser un clavel blanco, le cae sobre los hombros de forma suave hasta fundirse con lo que podría ser un chal o una toquilla. Sin duda, la obra puede tratarse de un estudio para un óleo, cuya representación guardaría correspondencia con obras como Dama con paraguas, donde representa a una mujer de cuerpo entero ataviada con un chal y sujetando un paraguas, así como con otras de temática andalucista. En este sentido, en sus obras, tanto el peinado como el atuendo adquirieron una especial importancia.

Durante el siglo XIX la indumentaria de la mujer sufrió grandes cambios. Por un lado, aparecieron los almacenes donde se vendía la ropa confeccionada, y por otro, proliferaron las revistas de moda con las que se conocían cada temporada las novedades que ofrecía el mercado. No se debe olvidar que, como en épocas anteriores, la imagen del individuo y de la familia debía quedar impresa en el traje. Por ello, se elegía un atuendo para cada ocasión: paseos, fiestas y galas, labores del hogar, el hacer visitas y el recibirlas, tardes de café y chocolate, etcétera. Para todas estas actividades la combinación del traje, el tocado y peinado, y los complementos, como guantes, sombreros, sombrillas y abanicos, debía ser exquisito. En las clases sociales menos pudientes, aunque con mucha menos variedad de materiales y accesorios, también se diferenciaron las indumentarias entre los días de labor y los festivos.

Contemporáneos de Francesc Inglada, como Román Ribera y Francesc Masriera, produjeron también retratos de jóvenes mujeres, en los que destacan la calidad de telas, muselinas y pieles, queriendo subrayar la pertenencia a una clase social determinada. Normalmente, se buscó en estas representaciones la sofisticación propia de la mujer del Segundo Imperio, que perduró a finales del siglo XIX con pintores como Raimundo de Madrazo y Alfred Stevens. (Olatz Irijalba Claramunt, 2009)

Bibliografía seleccionada

  • Últimas décadas del siglo XIX-primera mitad del siglo XX : de Cézanne a Léger : colección Museo de Bellas Artes de Bilbao [Cat. exp.]. Bilbao, Museo de Bellas Artes de Bilbao, 2009. pp. 32-33, n° cat. 5.