El gorrión de la lengua cortada - Museo de Bellas Artes de Bilbao

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El gorrión de la lengua cortada

Eizan, Kikukawa

Japón, 17/07/1787 - Japón, 18/07/1867

Xilografía

21 x 24 cm

Kikugawa Eizan

1818-1823

Primer cuarto de siglo XIX

82/743

Donación de doña María de Arechavaleta, de la colección de don José Palacio, en 1953

Si bien Kikugawa Eizan fue un artista del ukiyo-e especializado en escenas de mujeres hermosas o bijinga, era habitual que los pintores realizaran diversidad de encargos, sobre todo dirigidos al ámbito de la literatura. Esta estampa representa una escena de un cuento tradicional del tipo Mukashi banashi, el equivalente de nuestros cuentos populares infantiles que comienzan con Érase una vez. En japonés se hace referencia a la literatura de cuentos con el término setsuwa bungaku. Con esta denominación se recogen aquellos cuentos y leyendas que provienen de una lejana tradición oral, muchos de ellos de origen continental, pero adaptados a la mentalidad japonesa y recopilados desde finales del periodo Heian y en el periodo Kamakura en magnas antologías. En el periodo Edo aparecieron libros ilustrados con estos cuentos y también series de estampas.

El respeto por la naturaleza, la mitología nacional, la moral confucionista, el amor filial, los valores del guerrero samurái, el sentido del humor, la humanización de diversos animales y una extraordinaria inclinación hacia lo fantástico son los ingredientes que caracterizan la tradición popular japonesa. En este caso, el cuento que aparece ilustrado se corresponde con El gorrión de la lengua cortada, una historia que narra el distinto destino que le esperaba a un anciano matrimonio que trataba con bondad a una bandada de gorriones, frente a sus despiadados vecinos, los cuales cortaron la lengua a algunos de estos pajarillos para ahuyentarlos. Los primeros fueron premiados por los gorriones con un cofre que les proporcionó grandes riquezas, mientras que la apertura del cofre de los malvados supuso el furibundo ataque de unos ogros y monstruos que castigaron su indigna conducta. Esta última escena, tan llamativa, era la más habitual en las estampas ukiyo-e. En esta que nos ocupa aparece el bondadoso anciano conversando con dos gráciles gorriones hembras, humanizadas en su aspecto, representación habitual de los animales en las ilustraciones de los cuentos populares. La escena se acompaña por cuatro poemas tanka firmados con los pseudónimos Tetsunoya Tatenari, Matsunoya Hanasei, Kinnoya Terushige y Kyokado, que pueden transcribirse y traducirse la siguiente manera: Tetsunoya Tatenari: / Convertido en un hombre rico / al recibir tesoro / le pregunta el nombre al gorrioncillo. / Matsunoya Hanasei: / En el aire con olor a ciruela / pregunta a la maleza / dónde está la casa del ruiseñor. / Kinnoya Terushige: / La lengua del gorrión / al que en el campo de primavera / visita el viejo honrado que no miente / está hendida. / La cesta que le dio el gorrioncillo al viejo / qué ligera al tacto. / Kyokado. (David Almazán, 2014)

Bibliografía seleccionada

  • Arte japonés y japonismo [Cat. exp.]. Bilbao, Bilboko Arte Ederren Museoa-Museo de Bellas Artes de Bilbao, 2014. pp. 223, 294-295, n° cat. 84.