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Dos mujeres son las protagonistas de este dibujo. En el anverso del papel una mujer en pie sujeta su vestido a la espalda, mientras que en el reverso, con trazos mucho más sutiles y desdibujados, es otra figura femenina la que remanga su faldón, cruza su pierna y ajusta el calzado que lleva.

Iturrino debió realizar estos bocetos hacia 1904-06 como esbozo de una obra que con posterioridad trasladaría a lienzo y que hoy conserva el Museu Nacional d'Art de Catalunya, Dia de camp. Ésta responde a la tipología de retrato de grupos multitudinarios de mujeres en el campo, en los que las figuras se agolpan, bajo una articulación morfológica casi abstracta basada en volúmenes cúbicos entrelazados, sobre el verde escenario de los paisajes de telón de fondo. Como consecuencia de tener que articular tan numeroso grupo de personas en plano y perspectiva, son muchos los esbozos y bocetos que Iturrino realizaría hasta dar con la torsión, ángulo y porte deseados. Estos dos dibujos serrían por lo tanto un claro ejemplo de estos ensayos que luego trasladaría, con ligeras modificaciones y a escala menor, a sus pinturas.

Durante estos años, la obra de Iturrino sufrió un cambio notable en cuanto a sus composiciones, pero sobre todo, a lo que el color se refiere. Como causa, habría que apuntar varios hechos. Por un lado, su acercamiento a la luz meridional de Andalucía tras su estancia en Sevilla o Córdoba, que hicieron sin duda que percibiera la realidad de forma distinta y trasladara a sus lienzos efectos de luz radicalmente diferentes a los anteriores. Y por otro, el conocimiento de la obra de los pintores fauvistas y su amistad con artistas como Derain, que provocaron un cambio en su paleta cromática, emergiendo en ella colores cálidos como el rojo o el naranja. A su vez, y posiblemente influenciado por el cubismo y cercanía con la obra de Cézanne y Picasso, Iturrino simplificó durante esta época las líneas de detalle de sus composiciones, llegando a realizar obras de aspecto casi inacabado articuladas en campos de color geométricos.

La figura femenina en pie del anverso muestra así líneas angulosas y fuertemente marcadas en los límites de su cuerpo y separación de módulos estructurales. Su rostro, igualmente geométrico, presenta la peculiaridad de tener unos ojos de rasgos orientales, denotando la atención de Iturrino por la influencia que el lejano oriente causó a los artistas de las vanguardias históricas parisinas. En contraste con la angulosidad de esta figura, la mujer del reverso presenta líneas más redondeadas en su cuerpo e indumentaria, aunque ambas comparten la simpleza de los volúmenes que las articulan. (Helena López Camacho, 2009)

Bibliografía seleccionada

• Últimas décadas del siglo XIX-primera mitad del siglo XX : de Cézanne a Léger : colección Museo de Bellas Artes de Bilbao [Cat. exp.]. Bilbao, Museo de Bellas Artes de Bilbao, 2009. pp. 84-85, n° cat. 30.