Colección online y Banco de imágenes

Ricardo de Madrazo retrató a Barroeta de busto corto, en un formato que ya el propio Federico había destinado muy a menudo a perpetuar la imagen de los pintores con los que le vinculaba alguna relación de admiración o, sobre todo, de afecto y de los cuales el Museo del Prado conserva algunos de sus mejores ejemplos, como los retratos del propio Soriano Murillo, de Haes, del acuarelista Cosme Algarra o de Eduardo Rosales. Éste de Barroeta es uno de los mejores retratos salidos de los pinceles de Ricardo, depende directamente de los usos retratísticos de su padre, y parece internarse en el ambiente íntimo y de extrema confianza del que procede la obra. Con ella Ricardo pretende acercarse extraordinariamente al modo de ejecución de su hermano Raimundo. La calidad de la descripción del rostro, de pincelada jugosa y sintética y de dibujo certero, encajado en un fondo oscuro en el que asoma la preparación roja del mismo, prueba que Ricardo pretende imitar la estética de su hermano mayor. Así, el tratamiento del cabello y de la barba y el bigote, que describe con una textura algodonosa y suave, y que contrasta con la ejecución abocetada del fondo y la voluntaria sumariedad del gabán del pintor, constituyen, junto al poderoso atractivo de la mirada del pintor vasco, en la que se ha concentrado toda la intensidad del retrato, el mejor aliciente de esta pintura. [Carlos G. Navarro, 2008]

Bibliografía seleccionada

• La imagen del artista : retratos de artistas vascos entre dos siglos [Cat. exp.]. Bilbao, Bilbao Bizkaia Kutxa, 1993. p. 49.
• Larrínaga Bernárdez, José Antonio. Juan Barroeta Anguisolea, 1835-1906 : retratista de Bilbao del siglo XIX. Bilbao, José Antonio Larrínaga Bernárdez, 2005. p. 82.
• De Goya a Gauguin : el siglo XIX en el Museo de Bellas Artes de Bilbao [Cat. exp.]. Bilbao, Museo de Bellas Artes de Bilbao, 2008. pp. 366-368, n° cat. 73.