Melena - Museo de Bellas Artes de Bilbao

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Melena

Mendizabal, Elena

San Sebastián, 1960

Hierro

168 x 47 x 25 cm

1986

Último cuarto de siglo XX

18/12

Adquirido en 2018

El nombre de Elena Mendizabal suele asociarse a lo que, en los años ochenta, se llamó "nueva escultura vasca", es decir, al trabajo de una serie de artistas (Ángel Bados, Txomin Badiola, Pello Irazu, María Luisa Fernández, Juan Luis Moraza) que, a partir del estudio de la obra escultórica y teórica de Jorge Oteiza, actualizaron la escultura vasca de esos años en relación con las nuevas corrientes estéticas internacionales. Sin abandonar la herencia abstracta de la escultura vasca de la generación anterior, este grupo dejó de lado los materiales y técnicas habitualmente asociados a la tradición escultórica local.

Mendizabal se formó en la Facultad de Bellas Artes de Bilbao, donde estudió entre 1977 y 1982. Allí coincidió con Badiola, Moraza, María Luisa Fernández, Darío Urzay, José Chavete o Inés Medina. Su trabajo inicial se desarrolló en relación con las tendencias artísticas englobadas dentro del denominado arte conceptual -siempre con un interés por lo que la escultora denominaba "soportes objetuales, obras que se podían interpretar satisfactoriamente a partir de la observación del objeto y de un pensamiento lógico"- y al margen de los formatos tradicionales. En la conformación de su escultura sería importante su relación con Badiola, Bados, Moraza, Irazu y María Luisa Fernández, con quienes trabajó en el mismo edificio del muelle de Uribitarte, en Bilbao, hasta 1988, y con quienes compartió intereses artísticos. Desde 1987 es profesora en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad del País Vasco.

Como escultora, Mendizabal se singularizó pronto por el empleo de materiales como la madera, el poliéster -al que incorpora óleo y pigmentos- o el hierro, que a menudo ha utilizado a la vez en una misma pieza. Junto a un marcado interés por las formas geométricas y las esculturas constructivas, su trabajo ha mostrado también preferencia por lo poético, lo orgánico y lo surreal, patente ya en Melena (1986) y en alguna otra obra de este mismo periodo. Tras un largo paréntesis en el que trabajó sobre todo a partir de formas geométricas compactas y muy abstractas, el interés por lo poético y evocador reaparecería en su obra a mediados de la década de 1990.

Melena es una pieza significativa del trabajo que Elena Mendizabal llevó a cabo durante el periodo en el que se gestó lo que la crítica de arte de esos años denominó "nueva escultura vasca". Su incorporación a la colección del museo, en la que ya están presentes otros compañeros de generación (Txomin Badiola, Juan Luis Moraza, Pello Irazu o el pintor Darío Urzay) e intereses artísticos (Ángel Bados, José Ramón S. Morquillas), permitiría al museo presentar un panorama más rico y complejo de la escultura vasca más renovadora de las últimas décadas del siglo XX. Dentro de los museos de nuestro entorno, la autora está representada en la colección de Artium, Centro-Museo Vasco de Arte Contemporáneo, aunque con obras recientes fechadas a partir del año dos mil.

Fechada en 1986, Melena corresponde a una etapa temprana de la trayectoria de Elena Mendizabal (San Sebastián, 1960). Está realizada a partir de varillas de hierro unidas mediante soldadura y es una obra en la que la artista, pese a su interés por las propuestas del arte conceptual en boga en la escultura vasca de esos años, no renunció a proponer al espectador asociaciones figurativas y alegóricas. En la reciente revisión de su producción escultórica entre 1982 y 2016, Mendizabal consideraba Melena como una de sus obras más intimistas, explicando que su título "tiene que ver con el esconderse tras el pelo". Pero en esta melena de cabellos largos, abundantes y espesos hay también alusiones a elementos orgánicos y vegetales y sugerencias de plantas de estructura filiforme o de algas marinas. Las soldaduras, repartidas a lo largo de toda la superficie de la obra, crean ritmos decorativos que le añaden interés táctil y visual.

Melena se presentó por primera vez en la V Bienal Nacional de Arte Ciudad de Oviedo, una de las cuatro grandes exposiciones colectivas que, con carácter institucional, se organizaron en 1986 en España para dar a conocer las prácticas escultóricas entonces emergentes, en la cual la joven escultura vasca de esos años tuvo una presencia importante. Además de Elena Mendizabal, que participó con dos obras -Sin título (Melena) y Sin título (Verja)- en la Bienal se expusieron piezas de Sergi Aguilar, Eva Lootz, Miquel Navarro, Susana Solano, Jaume Plensa, Evaristo Bellotti, así como de José Ramón Anda, María Luisa Fernández, Juan Luis Moraza, Txomin Badiola, Pello Irazu, Ángel Bados y José Ramón S. Morquillas. [Miriam Alzuri]

Bibliografía seleccionada

  • V Bienal Nacional de Arte Ciudad de Oviedo : escultura de los 80 [Cat. exp.]. Oviedo, Ayuntamiento de Oviedo, 1986. p. 93. (como Sin título)
  • Después del 68 : arte y prácticas artísticas en el País Vasco, 1968-2018 [Cat. exp.]. Bilbao, Bilboko Arte Ederren Museoa-Museo de Bellas Artes de Bilbao, 2018. pp. 79, 197, il.