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Turistas en el puerto
Arteta, Félix
Bilbao, 21/02/1890 - Bilbao, 19/06/1986
Acuarela y grafito sobre papel
50,9 x 64,5 cm
Félix Arteta (ángulo inferior derecho)
1946
Mediados de siglo XX
85/143
Donación de doña Francisca Urra González en 1985
Félix Arteta adaptó en los años treinta las visiones humorísticas de la vida rural vasca que tanto éxito venían teniendo desde que las iniciaran en décadas anteriores José Arrúe y Ángel Cabanas Oteiza. Uno de los distintivos que Arteta imprimió a su obra fue la oposición de las actitudes de lugareños y foráneos con una pretendida comicidad, más o menos lograda. Muchas de sus composiciones fueron repetidas hasta la saciedad, con mínimas variantes, por la necesidad de surtir a un comercio, el de la posguerra, deseoso de olvidar la contienda y la posterior miseria.
Turistas en el puerto es uno de sus temas más exitosos, del que conocemos las variantes tituladas Elantxobe (1948), Motrico (1953) y Puerto vasco (1953). En todas ellas sigue un mismo esquema compositivo: un primer plano con varios personajes, generalmente en un coche, y un plano medio con un pretil sobre el que otros se apoyan y asoman a una vista del puerto que actúa como telón de fondo. La gracia, sutil, reside en el interés que los foráneos, turistas capitalinos, demuestran por los lugareños, a los que observan y fotografían divertidos. Muy similar en la ordenación de los distintos elementos que conforman la escena es Mundaca (1958), aunque aquí se aleja ya del toque humorístico para decantarse por un tono más tópico en cuanto al costumbrismo vasco.
Con evidente intención caricaturesca están trazadas también las fisonomías de la familia de gitanos que se aleja del caserío del que han robado una gallina de Gitanos. Al fondo, los lugareños emprenden la persecución de los forasteros. Arteta trató este tema en más ocasiones, del que La gallina (1947), prácticamente una réplica, es sólo un ejemplo. La composición también es habitual en su producción, como en Las educandas: los personajes se dirigen en diagonal hacia el espectador, y el camino sobre el que marchan, que termina en el ángulo superior en una casa o caserío, está flanqueado por unos árboles desnudos.
Ambas obras, Turistas en el puerto y Gitanos, distanciadas únicamente por un año en su ejecución, reúnen las mismas características formales: el empleo de unas figuras estilizadas, arquitecturas ligeramente deformadas, y un colorido agradable, sin estridencias, que las convierten en productos decorativos, a la vez que inocuos.
La colección del Museo conserva, además, una acuarela que publicita una de las exposiciones individuales celebradas por Arteta, en la que el artista, paleta en mano, se presenta ataviado como un pintor bohemio decimonónico, con pantalones de cuadros, chaqueta y la inevitable chalina. (Mikel Lertxundi Galiana)
Bibliografía seleccionada
- Mur Pastor, Pilar. La Asociación de Artistas Vascos. Bilbao, Museo de Bellas Artes de Bilbao ; Caja de Ahoros Vizcaína, 1985. p. 172.
- La acuarela española del siglo XX [Cat. exp.]. Bilbao, Agrupación de Acuarelistas Vascos, 2000. p. 74
- Últimas décadas del siglo XIX-primera mitad del siglo XX : de Cézanne a Léger : colección Museo de Bellas Artes de Bilbao [Cat. exp.]. Bilbao, Museo de Bellas Artes de Bilbao, 2009. pp. 244-246, 248.
- Itsasoa artean, itsaroaren artea : Bilboko Arte Ederren Museoko Bilduma = El mar en el arte, el arte del mar : colección del Museo de Bellas Artes de Bilbao [Cat. exp.]. Bilbao, Bilboko Itsasadarra Itsas Museoa-Museo Marítimo Ría de Bilbao, 2010. pp. 35, 128.
- Kortadi, Edorta. Félix Arteta 1890-1986 : Marraskilaria eta humorista = Dibujante y humorista. Donostia-San Sebastián, Kutxa Fundazioa = Fundación kutxa, 2012. pp. 36-37, sin n° cat.