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En 1881, debido a la demencia que empezaba a acuciarle, Casimiro Sainz regresó a su pueblo natal con el fin de restablecerse. Esta época marca el punto de arranque de una vida y una producción artística condicionada en gran medida por sus desequilibrios mentales. En Cantabria, como ya ocurriera en sus inicios artísticos, extrajo de la visión directa de la naturaleza su principal fuente de inspiración. Además de pintar en Matamorosa, también lo hizo en las localidades de Reinosa, Nevada y Montesclaros, en cuyo sanatorio convaleció en varias ocasiones. Durante esta estancia tomó numerosos apuntes y realizó algunos cuadros, de los cuales una gran mayoría fueron a parar a Madrid, a manos de su marchante Pedro Bosch; otros fueron conservados por el artista y otros fueron regalados.

En Paisaje, por su parte, marca la zona de luces y sombras en el árbol principal y en el sotobosque que le circunda, dispuestos mediante una composición estudiada. La obra se encuentra dedicada a Germán Hernández, que quizá se trate del pintor Germán Hernández Amores. (Javier Novo González)

Bibliografía seleccionada

• Plasencia, Antonio. Catálogo de las obras de pintura y escultura del Museo de Bellas Artes de Bilbao. Bilbao, Imprenta Provincial, 1932. p. 57, n° cat. 233. (Con el título Paisaje, y atribuido a Casimiro Sainz)
• Lasterra, Crisanto de. Museo de Bellas Artes de Bilbao : catálogo descriptivo : sección de arte antiguo. Bilbao, Museo de Bellas Artes de Bilbao, 1969. p. 174, n° cat. 33-a. (Con el título Paisaje, y atribuido a Casimiro Sainz)
• Dibujos, grabados y acuarelas [del] siglo XIX : de Goya a Benlliure : colección Museo de Bellas Artes de Bilbao [Cat. exp.]. Bilbao, Museo de Bellas Artes de Bilbao, 2007. pp. 162-165, n° cat. 245.