Oferente con diadema de tres ápices - Museo de Bellas Artes de Bilbao

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Oferente con diadema de tres ápices

Anónimo. Siglos III-II a. C

Bronce

14,4 x 7,2 x 6,1 cm

Siglo III-II a. C.

82/919

Donación de doña Mercedes Basabe, viuda de don Manuel Taramona, en 1943

Figura femenina estante. Viste una túnica larga sin mande pliegues verticales, ceñida bajo los senos con una cinta estriada. Las puntas de los pies calzados se muestran por debajo de las vestiduras. Sobre la túnica lleva un manto que desciende desde la parte trasera de la cabeza y se abre en la espalda para recogerse con el brazo izquierdo. La conformación de la obra es laminar, con la espalda cóncava, lo que acentúa la curvatura general de las formas. El brazo izquierdo queda pegado al cuerpo bajo el manto y está doblado por el codo para dejar salir hacia delante el antebrazo extendido, en cuya mano sostiene una píxide o, quizás, la acerra para conteel incienso. El brazo derecho está elevado y dirigido hacia delante, para sostener en la mano una pátera en cuya superficie hay dos profundas líneas cruzadas. El tratamiento de las manos, de dedos cortos y unidos, de los que sobresale hacia arriba un pulgar de base ancha y aguzado, es una convención frecuente en estos bronces itáálicos. La cabeza está vuelta hacia la derecha y ofrece unas proporciones muy armónicas. Se cubre con una diasemicircular decorada con incisiones verticales, que tiene tres remates o ápices, dos romos a los lados de las orejas y otro central de forma alargada, que parehaber perdido el extremo superior. El peinado está dividido al centro para formar dos masas de bucles que rodean el rostro y de los que caen varios mechones sobre los hombros. El rostro es de nariz y boca pequeñas, mientras que los ojos son globulares y están hundidebajo de las gruesas cejas.

El plegado de los paños es muy correcto, aunque en la parte trasera tienen menor relieve, y el tratamiento de los rasgos es proporcionado y de cierta belleza. La pieza puede considerarse uno de los mejores ejemplares de este tipo, dentro de nuestra colección y también dentro de las otras obras similares conocidas. En el caso de los conservados en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid, todos son de origen itálico o pertenecen con seguridad a colecciones formadas en Italia, por lo que pueden ser testimonio de una introducción del modelo en los ambientes ibéricos. Una pieza igual, a la que sólo falta la pátera de la mano derecha extendida, formó parte de la colección de don Antonio Vives Escudero, que la adquirió por cambio al Sr. Florit en Madrid. Posiblemente su procedencia sea también italiana.

Estos personajes oferentes, con coronas de puntas o de apéndices trapezoidales, que sostienen una píxide en la mano izquierda y una pátera en la derecha extendida, son tan habituales en las figuras femeninas como en las masculinas, que se diferencian por llevar túnicas más cortas y, en muchos casos, por tener el torso desnudo, con la tebenna terciada desde el hombro y arrollada en la cintura. Sin embargo, en el lote conseguido por el carDespuig no hay ningún personaje masculino, salvo el n.º 78 de este catálogo, que por su actitud de movise debe considerar en un grupo distinto al de las figuras estantes sobre las dos piernas.

Este tipo femenino de oferente es muy frecuente en todas las colecciones italianas, y se le suele relacionar con posibles representaciones de Juno, aunque la exisde esculturas votivas de particulares, en tamaño natural y con los mismos atributos, lleva a deducir que este atuendo y actitud eran adoptados también por las devotas, que no dudaban en hacer uso de la diadema reservada habitualmente a las divinidades, adornada con diversos motivos. La interpretación como Juno se aplica también a ciertas piezas de mejor calidad3 en base, esencialmente, a la forma de la diadema.

En el Museo Cívico Arqueológico de Milán hay diversas variantes del tipo femenino oferente con tocado radiado y pátera, que se clasifican como helenísticas y se fechan en los siglos III y II a. C.4. En el Museo Arqueológico de Verona hay seis piezas de características similares (n.os inv. A4,372, A4,376, A4,374, A4,377, A4,378 y A4,375), aunque con niveles diferentes de estilización5. Todas son de procedencia desconocida, por lo que no se las puede relacionar con un ambiente preciso ni una región, aunque puede suponérseles de hallazgo en la zona padana. Se las fecha hacia el siglo II a. C. y se las compara con lotes similares de los museos de Pésaro y Chiusi. Para Cristofani, que publica un ejemplar seme6, la fecha debe llevarse también a los siglos III y II a. C.

El prototipo de mayor calidad estética y mejor estado de conservación es, posiblemente, el que se encuentra en el Museo Arqueológico de Florencia, cuya altura de 26 centímetros lo sitúa ya entre los bronces de tamaño mediano en los que se puede alcanzar mucha calidad en todos los detalles7. Por la fisonomía del rostro, la forma laminar del cuerpo y la actitud general, los paralelos más próximos a esta figura son, indudablemente, los de un lote procedente de Nemi que estuvo a la venta en un anticuario londinense a comienzos del siglo pasado. Las actividades arqueológicas desarrolladas por el cardenal Despuig en Nemi invitan a deducir que esta pieza y buena parte de las siguientes fueron encontradas tamén allí a fines del siglo XVIII. Dado que ha sido precisaeste conjunto el que ha motivado serias divergenen cuanto a la datación y adscripción estilística de las obras, parece conveniente revisar lo conocido sobre ellas.

De acuerdo con la información recogida en 1908 de Mr. Spink8, que las exhibía en su tienda de Londres, habían sido rescatadas de una de las "galeras" del lago de Nemi. Estas embarcaciones debieron de formar parte de una de las empresas disparatadas de Calígula, ya que se han encontrado allí tuberías con su nombre, y parecen ser unos pontones de gran anchura, anclados en el lago, sobre los que se habían edificado verdaderos palacios.

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Los restos de los barcos eran tan abundantes que los pescadores solían traerlos enganchados a sus redes, por lo que ya en 1446 el cardenal Próspero Colonna encargó a Leon Battista Alberti un ingenio mecánico que consisacarlos a la superficie. En el siglo XVI se realizaallí los primeros intentos de "arqueología subacuáticon una campana de inmersión, y en el siglo XIX se rescataron vestigios muy notables, como los que se conhoy en el Palazzo Massimo del Museo Nacional Romano. La fama de estos hallazgos es la que justifica que las figuras de Mr. Spink se relacionaran con las embarcaciones de Calígula y se las atribuyera una cronoía de época imperial romana, a la que se añadieron comparaciones estilísticas poco afortunadas. El cotejo con otras obras bien fechadas por contextos arqueológiy la inclusión en algunas de ellas de inscripciones etruscas han obligado a reconocerles una datación de los siglos III o II a. C.10, aunque sin explicar las razones de su origen en las embarcaciones imperiales. En estos momentos, la revisión de las excavaciones efectuadas en Nemi a finales del siglo XIX11 ha permitido conocer que Eliseo Borghi, a quien la familia Orsini, propietaria del lago de Nemi, autorizó a realizar las recuperaciones, hizo también excavaciones en el cercano santuario de Diana Nemorensis, por lo que puede deducirse que los bronces aparecidos en el mercado de antigüedades en 1908, y que se consideran fruto de los trabajos de Borghi12, procedían realmente del santuario, y que su proximidad a las famosas embarcaciones llevó a atribuiresa procedencia. Las excavaciones de Borghi debiede desarrollarse en las mismas viñas en las que había centrado su actividad el cardenal Despuig entre 1789 y 179213, donde encontró un gran número de esculde mármol, entre las que los pequeños bronces serían considerados hallazgos secundarios.

El lote adquirido por Mr. Spink estaba formado por ocho esculturas, una de gran tamaño y siete menores. La prifue adquirida por el British Museum de Londres en 1921 y las restantes han sido vistas en diversas subasdesde aquella fecha. La última en ser ofrecida al público apareció en la subasta 1.466 de Christie's en junio de 2004 [fig. 33]. La relación de nuestro bronce con las figuras de Nemi es absoluta, a lo que se une su carácter laminar, que es también muy frecuente en otras obras del mismo santuario, y la identidad de las facciocon otras piezas de la colección. A la vista de estos paralelos, puede deducirse que en las excavaciones del cardenal Despuig se encontró nuestra orante y también las figuras n.os 9, 60, 71 y 79 del presente catálogo. Todas tienen en común su estilización laminar y un aire estilístico que hoy nos resulta muy atractivo, del mismo modo que lo fue para escultores contemporáneos como Giacometti, pero que quizás en el momento del hallazgo y de la posterior dispersión podría considerarse tosco o "bárbaro", como calificaron en ocasiones estas piezas los eruditos del momento. (Ramón Corzo, 2011)

Bibliografía seleccionada

  • Corzo Sánchez, Ramón. "Bilboko Arte Ederren Museoko antxinako brontzeak : Taramona-Basabe bilduma = Bronces antiguos del Museo de Bellas Artes de Bilbao : la colección Taramona-Basabe = Antique bronze figures at The Bilbao Fine Arts Museum : Taramona-Basabe Collection", Addenda, n° 1. 2011. pp. 351-358, n° 66.