Gasógenos ... / Cogegas / Industria de Interés Nacional ... - Museo de Bellas Artes de Bilbao

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Gasógenos … / Cogegas / Industria de Interés Nacional …

Anónimo. Primera mitad del siglo XX

Litografía en color sobre papel

69,5 x 48,2 cm

1941

Segundo cuarto de siglo XX

82/1993

Adquirido en 1981

La Compañía General de Gasógenos "Cogegas" obtuvo la calificación de industria de interés nacional el 31 de marzo de 1941. Sita en la calle Ronda nº 7 de San Sebastián, esta empresa desarrolló su actividad en los años cuarenta, y se centró en la fabricación de un tipo de gasógeno de patente belga, ideado por el propio ingeniero técnico de la empresa. La comercialización de este invento, nació con la pretensión de sustituir el uso de la gasolina en los motores de combustión interna, por el de los gases derivados de la quema de antracita y carbón vegetal518. Para ello se requería de una voluminosa caldera -el gasógeno- que era adaptada al vehículo, y alteraba notablemente su fisonomía.

Los carteles publicitarios de Cogegas, parten de un singular planteamiento que, hasta cierto punto, elude algunas de las funciones que habitualmente se atribuyen a esta forma de expresión. De hecho, el carácter informativo parece tornarse en algo secundario, si tenemos que cuenta quee ni este cartel, ni el que lleva por título España fabrica el mejor gasógeno (Nº Inv. 82/1905), hacen mención iconográfica alguna al producto que anuncian. Por lo tanto, la información la obtenemos únicamente por medio del texto, y la iconografía se convierte en un elemento persuasivo, que incide en otro tipo de valores como la modernidad o el patriotismo. Sin embargo, la publicidad de esta empresa destaca por el uso de recursos muy diferentes en función del medio en el que se desarrolla. Si bien sus carteles tienen un lenguaje en el que el producto no aparece claramente definido, sus anuncios, publicados en prensa y revistas de época, hacen gala de una sintaxis concisa y directa, tanto en lo textual como en lo iconográfico. En todos ellos se aprecia la forma del producto, y se alude además a sus características por medio de textos explicativos.

Por otro lado, la falta de concordancia entre el contenido del mensaje de este cartel y la función o usos del producto, pone de manifiesto que lo que se pretendió con él, en esencia, fue anunciar una marca. Pero esta ausencia de correlación, no conlleva necesariamente la omisión de un determinado mensaje. Así, la supuesta modernidad del producto aparece simbolizada en el avión que, por medio de una acrobacia, dibuja en el cielo el nombre de la empresa. Asimismo, el sentimiento nacional, que con tanto énfasis se potenció en la publicidad de los primeros años de la posguerra, queda reflejado en la bandera española pintada en la cola de lo que parece ser un Dornier 17. Estas asociaciones simbólicas se evidencian en algunos ejemplos anteriores, como el anuncio que Federico Ribas (1890-1952) llevó a cabo para Heno de Pravia en 1917, o el que Julio Ferrer Sama dibujó para Anís la Castellana en 1939. Con todo estos ejemplos son poco significativos en comparación con el abundante número de carteles que, utilizando el avión como reclamo, anuncian eventos o empresas relacionadas con el medio.

Desde comienzos del siglo XX, la relación de la ciudad de San Sebastián con el mundo de la aviación fue bastante estrecha. Así lo atestiguan tanto la fundación del Real Aero Club de San Sebastián en 1910, como la gran cantidad de exhibiciones y concursos que periódicamente tenían lugar en esta ciudad. De hecho, estos actos se llevaban a cabo sin que existiera un espacio adecuado para su desarrollo, lo que llevó a que en 1919, el ayuntamiento de la ciudad promoviera la construcción del aeródromo de Lasarte. Probablemente esta cercanía con el medio, pueda explicar parcialmente la presencia del avión que con su propio humo se convierte en generador del anuncio. Asimismo, este cartel nos deja entrever el potencial de estos aparatos como herramienta al servicio de la publicidad y la propaganda, cuestión que, aunque tuvo un mayor desarrollo en décadas posteriores, ya se vislumbraba en actos como el desfile del Día de la Victoria de 1939.

Tal y como se desprende de algunos artículos y de su publicidad de época, la Compañía General de Gasógenos fue una empresa bastante consolidada, que contó con gran cantidad de distribuidores a nivel nacional. Sin embargo, tras la Segunda Guerra Mundial, la progresiva normalización de Europa contribuyó a que la gasolina fuera cada vez un bien menos preciado. Así, las factorías dedicadas a la fabricación de gasógenos desaparecieron paulatinamente, proceso que culminó en 1953 con la disolución de la Junta de Gasógenos. No obstante, su huella quedó patente en gran cantidad de anuncios publicados en prensa de época, y en carteles que, como este, plasmaron de forma tan particular la atracción de lo nuevo.

Tras finalizar la Guerra Civil Española, los primeros años de la posguerra estuvieron marcados por la escasez. El racionamiento no sólo se aplicó a los artículos de primera necesidad, sino que también llegó a otros de uso cotidiano como los combustibles. Este hecho fomentó el uso de energías alternativas, e hizo que proliferaran gran cantidad de empresas enfocadas a la fabricación de gasógenos, actividad que estuvo protegida e impulsada por varias leyes. (Mikel Bilbao, 2011)

Bibliografía seleccionada

  • "Carteles en el Museo de Bellas Artes de Bilbao", Guía de Exposiciones, n° 86. 1987. n° cat. 31.
  • Novecentismo y Vanguardia, 1910-1936 : en la colección del Museo de Bellas Artes de Bilbao [Cat. exp.]. Bilbao, Museo de Bellas Artes de Bilbao, 2009. pp. 198-199, n° cat. 54.
  • Bilbao Salsidua, Mikel. Euskal kartelak 1902-1971 Carteles vascos. Gernika, Euskal Herria Museoa, 2012. p. 28.