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Figura infantil en pie. Se apoya sobre la pierna izquierda levemente flexionada y con el pie girado hacia fuera, mientras que la pierna derecha está vuelta hacia atrás sin llegar a descansar en el suelo. Está desnudo salvo por una correa que le cruza el torso desde el hombro derecho hasta la cadera izquierda y en la que debía de ir colgado el tahalí de las flechas. Tiene alzado el brazo izquierdo con la mano cerrada para empuñar un dardo que se ha perdido y que dirigiría hacia el suelo. El brazo derecho está algo separado del cuerpo y orientado hacia abajo, formando con el izquierdo un trazo diagonal que proporciona el equilibrio formal a la figura. La cabeza está vuelta hacia la izquierda y hacia abajo, con la miradirigida al mismo punto en el que podría estar el extremo del dardo. El peinado está organizado en tres masas paralelas de rizos, de las que la central le recorre hasta la nuca. El rostro es correcto, aunque está algo desgastado.

Los rasgos son los habituales en Eroos y la acción que puede deducirse de su gesto coincide con su manejo habitual del dardo o el venablo, que en este caso se debía de dirigir hacia un animal, probablemente una serpiente, situado a sus pies. El asunto es, por tanto, de fácil interpretación, aunque en la estatuaria griega Eros con el dardo se representa con aspecto juvenil y alado, de modo que esta versión infantil debe considerarse ya de época helenística avanzada o una creación romana. Con fisonomía infantil y en la misma actitud, aunque la rotura del brazo izquierdo impide confirmar si portaba el dardo, hay un bronce en la Biblioteca Nacional de Francia1 que lleva las inconfundibles alas.

En el Museo Calvet de Avignon2 hay una figurita de niño de idénticas dimensiones y un gran parecido estilístico, que se considera una probable creación del siglo XVIII. La disposición de las piernas es similar, con la izquierda recta de sostén y la derecha levemente flexionada, pero hacia delante, y el torso se inclina hacia la derecha, lo que hace muy inestable el aplomo de la figura. El tahalí está cruzado en sentido inverso y la mano alzada es la derecha, cuyo puño se cierra de modo que el dardo que podría sostener estaría dirigido hacia delante y hacia la derecha, fuera del campo de posible visión de su mirada, que se vuelve a la izquierda. Todo ello, junto a las dudas sobre la técnica que expresa su editor y el acabado muy naturalista del rostro, hace pensar que la pieza del Museo Calvet pueda ser efectivamente una obra moderde buena factura que ha tenido presente un bronce romano muy similar a nuestro Eros, aunque el artista moderno no haya sabido interpretar correctamente el gesto y el sentido de la figura, que pierde toda la cohede su iconografía para convertirse en un mero soporte ornamental.

Nuestra pieza posee una apariencia general y un trataanatómico muy cercanos al de las obras romacon las que coincide también en el aspecto externo del bronce y su estado de conservación. Así mismo, el desgaste superficial del rostro, que se debe con mucha probabilidad al empleo reiterado del mismo molde, no sería posible en una pieza de ejecución reciente, por lo que, hasta la localización de otros paralelos, debe clasicomo obra de época romana, según un prototipo del que otro ejemplar similar sirvió de inspiración a la pieza francesa. El movimiento de la figura y su aparente inestabilidad hacen necesario deducir que se trata de un complemento ornamental de un mueble. Como decoraón del soporte de un candelabro hay un Eros juvenil de Myrina que lleva el tahalí cruzado y realiza la misma acción de clavar el dardo hacia algo que está a sus pies. (Ramón Corzo, 2011)

Bibliografía seleccionada

• Corzo Sánchez, Ramón. "Bilboko Arte Ederren Museoko antxinako brontzeak : Taramona-Basabe bilduma = Bronces antiguos del Museo de Bellas Artes de Bilbao : la colección Taramona-Basabe = Antique bronze figures at The Bilbao Fine Arts Museum : Taramona-Basabe Collection", Addenda, n° 1. 2011. pp. 160-163, n° 16.