Boceto para La silla de Felipe II - Museo de Bellas Artes de Bilbao

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Boceto para La silla de Felipe II

Álvarez Catalá, Luis

Madrid, 22/01/1836 - Madrid, 04/10/1901

Óleo sobre lienzo

25 x 52 cm

c. 1886-1889

Último cuarto de siglo XIX

69/4

Donación de don Laureano de Jado en 1914

Luis Álvarez Catalá puso fin a los largos veinte años de su estancia en Roma con una ambiciosa pintura, La silla de Felipe II, en El Escorial, actualmente en paradero desconocido. Pintada en 1889 en un lienzo de monumentales dimensiones medía 385 x 540 cm, fue presentada junto a otras nueve obras a la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid de 1890, tras haber sido premiada en la Exposición Universal de París de 1889 con una medalla de oro. La presentación en Madrid de ese amplio conjunto entre el que se contaban varias pinturas que ya pertenecían a distintas colecciones particulares tenía un sentido muy concreto de oportunidad para el reconocimiento nacional de un personaje que, como glosara Augusto Comas en su publicación sobre esa exposición: es una gloria de España que no ha podido vivir en España.

Así, el lienzo definitivo representaba al Rey Prudente supervisando desde unas rocas próximas, más tarde conocidas como Silla de Felipe II y que fueroon un antiguo santuario rupestre, el desarrollo de las obras de construcción de la empresa artística que más fama le dio con el paso de los siglos. Pese a lo que suponía para su autor, la obra no fue recibida por la prensa con unánime reconocimiento. Mientras que Beruete comprendió la valía de su sencilla composición, carente de teatralidad, y otros, como el citado Comas, o Picón, subrayaron la captación del carácter melancólico de la obra, acentuado profundamente por la sentida descripción del paisaje, varios críticos, como Luis Alfonso, que compartía la visión positiva del componente paisajístico, o Balart y Alcántara, más severos con la pintura, señalaron algunos defectos en la ejecución, al tiempo que denunciaban la ambigüedad argumental de su contenido, defecto que invalidaba, en términos de ortodoxia, la obra como pintura de historia.

Aunque la desigual fortuna crítica de la obra torció su ingreso en las colecciones públicas españolas, Álvarez fue, sin embargo, recibido en Madrid como el gran pintor de éxito que había sido, y llegó a situarse en muy buena posición en las instituciones de la ciudad. Cuidadoso y maduro, el pintor elaboró la composición de este significativo lienzo después de un meditado proceso artístico, del que se conocen varios testimonios, de entre los cuales es el más valioso el boceto que conserva el Museo de Bellas Artes de Bilbao. Así, ese trabajo preparatorio representa un argumento diferente al que ocupó el lienzo definitivo, aunque alude también a otra famosa Silla de Felipe II. Se trata del momento en que el monarca, al comenzar a padecer su larga agonía, y en compañía de su séquito, entre el que puede identificarse a Isabel Clara Eugenia montada a caballo y al fraile dominico Diego de Chaves, confesor del Rey, se hace conducir a su última morada, cuyas cúpulas se avistan al fondo de la composición, a la derecha. Para ese delicado traslado, el rey mandó construir una silla de especiales características, que le permitiera viajar reclinado durante los seis días que tardó en recorrer la distancia entre Madrid y el Monasterio de San Lorenzo, y que da nombre también a esta pequeña obra.

Álvarez siguió rigurosamente, en esta primera idea, la narración de ese asunto publicada por Modesto Lafuente, y tomó como punto de referencia formal para su composición el lienzo de otro pintor asturiano, Ignacio Suárez Llanos (1830-1881), titulado El último viaje de Felipe II al Escorial (Museo Nacional del Prado, Madrid). Ese lienzo lo había comenzado su autor hacia 1860 pero en 1881, a la muerte de Suárez Llanos, estaba todavía inconcluso en su taller -donde Álvarez lo debió ver- y permanecería en poder de la familia del asturiano hasta 1914. En la referida pintura, como sucede en el boceto bilbaíno, los personajes se disponen

a modo de friso ante el espectador, pero en la obra de Álvarez, plásticamente más moderna que la de Suárez Llanos, el paisaje tiene mucho mayor protagonismo. De hecho, el bosquejo de Luis Álvarez esta desenvuelto con asombroso naturalismo, y en él la escena histórica queda integrada equilibradamente en el paisaje, con una factura esponjosa y suelta, en la que destaca el empleo de los tonos bermellones para algunos personajes sobre los verdes y agrisados predominantes.

Existe un pequeño lienzo, fechado en julio de 1886, que representa algún paraje de los alrededores de El Escorial, y que Barón ha puesto en relación con este mismo proceso4, lo que parece de ajustada lógica, pues, en efecto, Álvarez Catalá prestó una especial atención al desarrollo paisajístico de la obra, tanto en los tanteos como en el resultado definitivo. Además, existió un tercer trabajo preparatorio, de menor tamaño que el de Bilbao y mayor que el de 1886, que perteneció al marqués de Moret. [Carlos G. Navarro, 2008]

Bibliografía seleccionada

  • Plasencia, Antonio. Catálogo de las obras de pintura y escultura del Museo de Bellas Artes de Bilbao. Bilbao, Imprenta Provincial, 1932. p. 11, n° cat. 2. (Con el título La silla de Felipe II, y atribuido a Luis Álvarez)
  • Lasterra, Crisanto de. Museo de Bellas Artes de Bilbao : catálogo descriptivo : sección de arte antiguo. Bilbao, Museo de Bellas Artes de Bilbao, 1969. p. 4, n° cat. 4. (Con el título La silla de Felipe II en El Escorial, y atribuido a Luis ÁLvarez Catalá)
  • Reyero, Carlos. Imagen histórica de España, 1850-1900. Madrid, Espasa Calpe, 1987. p. 386, 435. (Con el título La silla de Felipe II).
  • Barón, Javier. Los Salones Artal de Buenos Aires. Madrid, Jorge Juan Galería de Arte, 1999. s.p. (Con el título La silla de Felipe II).
  • La época de Carlos V y Felipe II en la Pintura de Historia del siglo XIX [Cat. exp.]. Madrid, Sociedad Estatal para la Conmemoración de los Centenarios de Felipe II y Carlos V, 1999. p. 80, 384, 385, n° cat. 70. (Con el título La silla de Felipe II)
  • De Goya a Gauguin : el siglo XIX en el Museo de Bellas Artes de Bilbao [Cat. exp.]. Salamanca, Caja Duero, 2006. pp. 124-125, n° cat. 25. (Con el título La silla de Felipe II)
  • De Goya a Gauguin : el siglo XIX en el Museo de Bellas Artes de Bilbao [Cat. exp.]. Valencia, Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana ; Caja Duero, 2006. pp. 124-125, n° cat. 25. (Con el título La silla de Felipe II)
  • De Goya a Gauguin : el siglo XIX en el Museo de Bellas Artes de Bilbao [Cat. exp.]. Salamanca, Caja Duero, 2007. pp. 124-125, n° cat. 25. (Con el título La silla de Felipe II)
  • De Goya a Gauguin : el siglo XIX en el Museo de Bellas Artes de Bilbao [Cat. exp.]. Bilbao, Museo de Bellas Artes de Bilbao, 2008. pp. 254-252, n° cat. 42. (Con el título Boceto para La silla de Felipe II)