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En 1837, el rey francés, Luis Felipe de Orleans, inauguró el Museo de historia de Francia. Para este fin, Luis Felipe encargó la remodelación y el acondicionamiento del palacio de Versalles, donde se albergó la pinacoteca, así como dispuso que numerosos artistas de la época realizaran obras con las que poder mostrar los episodios más importantes de la historia Francia, además de los retratos de algunos de sus protagonistas más significativos. Esta empresa de exaltación de la gloria nacional francesa, a su conclusión, produjo más de mil obras, entre cuadros y esculturas, que pasaron a decorar las diferentes estancias del nuevo museo.

Relacionado con este colosal proyecto, aproximadamente un año antes de su inauguración, Cogniet recibió el encargo de realizar la obra La Guardia Nacional de París parte para el Ejército en 1792 (óleo sobre lienzo, 189 x 204 cm. Musée National du Château et des Trianons, Versalles), de la cual el Museo de Bellas Artes de Bilbao conserrva este boceto y cuyo tema guardaba relación con un pasaje específico y poco conocido de la Revolución Francesa. En este sentido, es necesario saber, para una correcta comprensión de la escena, que en 1792 el prusiano duque de Brunswick había redactado un manifiesto en el que amenazaba al pueblo parisino si atacaba a la Corona francesa y como este ultimátum se llevó a cabo con el envío a París de tropas enemigas en agosto de 1792 fecha en la que se suprimió la monarquía francesa y se encarceló a sus representantes. A partir de este momento, el acontecimiento más importante acaecido en París fue precisamente el que Cogniet representó en su obra, el cual fue comentado por Eudoxe Soulié de la siguiente manera en el texto que acompañaba al cuadro de Cogniet en una guía de las obras albergadas en Versalles: A finales de julio de 1792, el famoso manifiesto del duque de Brunswick vino a revelar a Francia las intenciones y los proyectos que las potencias armadas tenían contra ella, y la próxima llegada sobre sus fronteras de una armada de 120.000 hombres preparados para ponerse en acción. Al momento, un decreto de la Asamblea Nacional, sancionado por el rey, declara que la patria está en peligro. La proclamación de este decreto fue aplicado en todas partes con gran solemnidad; la Guardia Nacional de París dio el gran ejemplo de marchar en masa para el ejército, y en pocos días la ciudad de París vio salir de sus muros 48 batallones armados y equipados, formando un total de 35.000 hombres que volaban a la defensa de la patria, la cual, finalmente, salió victoriosa.

La obra del Museo se corresponde con un boceto de menor tamaño y fragmentario falta la parte izquierda, que desequilibra la composición del lienzo destinado a Versalles y que, a su vez, permite descubrir el proceso de trabajo que empleó el pintor en su realización. En este sentido, en el lado derecho de la obra, asoma esquemáticamente dibujado el palacio del Louvre, así como también aparece esbozado el puente que se vislumbra al fondo el Pont Royal, convertido en Pont National tras la revolución, pendientes ambos de una primera imprimación de color, que en el caso del palacio posee solamente la techumbre. En cuanto a la escena principal, que representa el alistamiento, la organización y la salida de París de la Guardia Nacional reunida en el Pont Neuf, las figuras y el resto de elementos escenográficos, se encuentran medianamente dibujados y dispuestos de la misma manera que en la obra final. Por su parte, la obra del Museo presenta un colorido vivo, sin graduaciones y, en ciertos detalles, dispuesto en manchas, aspectos que revelan el valor de estudio cromático que tuvo el boceto. No obstante, la coloración, salvando las distancias, se ajusta al sentido del color que le dio Cogniet a la obra final. Asimismo, la luz, aunque menos fulgurante, también la dispuso de manera similar a la obra de Versalles, creando las mismas zonas de luz y sombra.

Algunas de las críticas que recibió el cuadro cuando fue mostrado en el Salón Oficial de 1836 se pueden hacer extensibles al boceto, como la que manifestó que era un cuadro luminoso, sin estilo alguno, pero agradable como una viñeta de colores. Este cuadro, que se ubica en el Museo de Versalles, abre en M. Léon Cogniet una vía nueva. Esta vía hacía referencia al juste mileu, el estilo que combinaba aspectos neoclásicos posturas teatralizadas, que se comprueban en la masa popular que arenga a la guardia, el concepto proveniente de la Ilustración sobre la transmisión de valores,... con un cierto romanticismo, obtenido, entre otras características, mediante los temas populares, una singular composición, un particular uso de la luz y una determinada coloración.

Con La Guardia Nacional de París parte para el Ejército en 1792, el pintor dio inicio a una serie de representaciones históricas destinadas al nuevo museo del palacio de Versalles, que le mantuvieron ocupado cerca de seis años y para cuyas realizaciones, en algunas casos, tuvo que contar con la colaboración de varios alumnos de su taller. En este sentido, a esta obra la precedieron: Combate de Limburgo, 1796, Batalla de Rivoli, 1797 (destinada a la Galeria de las Batallas), Paso del Isonzo, 1797 realizada en colaboración con Georges Guyon, Prise de Laibach, 1797, Combate de Diersdorf, 1797 en colaboración con Karl Girardet (1813-1871), Batalla de Chebreisse, 1798, Batalla de Sedinam, 1798 en colaboración con Jules de Vignon (1815-1885), Combate de Monterosi, 1798, Combate delante de Hesney, 1799, Batalla de Mont-Thabor,1799 en colaboración con Felix Philippoteaux (1815-1884) y expuesta en el Salón de 1843 y Batalla de Heliópolis, 1800 en colaboración nuevamente con Karl Girardet y también presentada en el Salón de 1843. Todos están actualmente conservados en el Musée National du Château et des Trianons, Versalles, donde también se encuentran dos retratos realizados por Cogniet en 1831, Luis Felipe, joven y Retrato de cuerpo entero del mariscal Maison.

Relacionadas con la historia militar francesa, además de las citadas y la decoración para el Louvre que recogía a Napoleón durante su campaña en Egipto, Cogniet realizó otras obras memorables. Este es el caso del cuadro encargado por el Ayuntamiento de París y presentado en el Salón de 1822, Ataque y toma de Logroño, que reproducía la valentía de un joven tambor, de nombre Matrau, durante la toma de Logroño. Merecen también ser mencionadas las escenas militares de la campaña de Rusia (un granadero del ejército francés en Moscú) y de la guerra de España (la ocupación de Santoña por las tropas napoleónicas), ambas presentadas en el Salón de 1827, o la obra que mostró en el Salón de 1831, Escena de julio 1830, que, junto a Las banderas (ambas en el Musée des Beaux Arts, Orleans), evocaban los tres días revolucionarios del 27, 28 y 29 de julio de 1830. [Javier Novo González, 2008]

Bibliografía seleccionada

• Plasencia, Antonio. Catálogo de las obras de pintura y escultura del Museo de Bellas Artes de Bilbao. Bilbao, Imprenta Provincial, 1932. p. 17, n° cat. 30. (Con el título Escena de la revolución francesa. (Sin terminar), y atribuido a León Cogniet)
• Lasterra, Crisanto de. Museo de Bellas Artes de Bilbao : catálogo descriptivo : sección de arte antiguo. Bilbao, Museo de Bellas Artes de Bilbao, 1969. p. 29, n° cat. 64. (Con el título Escena de la Revolución Francesa, y atribuido a León Cogniet)
• De Goya a Gauguin : el siglo XIX en el Museo de Bellas Artes de Bilbao [Cat. exp.]. Bilbao, Museo de Bellas Artes de Bilbao, 2008. pp. 130-133, n° cat. 11.