Amazona - Museo de Bellas Artes de Bilbao

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Monticelli, Adolphe

Marsella, Francia, 16/10/1824 - Marsella, Francia, 29/06/1886

Óleo sobre tabla

42,9 x 56,8 cm

Monticelli (ángulo inferior izquierdo)

c. 1860-1870

Tercer cuarto de siglo XIX

69/178

Adquirido en 1926

Esta obra formó parte de la I Exposición Internacional de Pintura y Escultura celebrada en Bilbao en 1919, certamen en el que se mostraron, de forma excepcional en la ciudad, numerosas obras relacionadas con las manifestaciones artísticas más avanzadas. Entre ellas se encontraban obras de Paul Gauguin (1848-1903) y Vincent van Gogh (1853-1890), considerados, a la postre, como dos figuras paradigmáticas de la historia del arte moderno. Fue el escultor Francisco Durrio (1868-1940), afincado desde hacía casi tres décadas en París, por entonces capital artística de primer orden, quien hizo posible la presencia de estas dos firmas en Bilbao, a las que, además, se encargó de añadir la de Adolphe Monticelli.

Así, Durrio prestó a la exposición dos obras del pintor marsellés procedentes de su colección personal, a la cual también pertenecían, entre otros, dos cuadros de Van Gogh y la mayoría de las pinturas de Gauguin que se exhibieron entonces. En lo que a las obras de Monticellli se refiere, una se expuso con el título El traje amarillo (óleo, 36 x 31 cm), y actualmente se encuentra en paradero desconocido; la otra fue, precisamente, ésta Amazona, que Durrio vendió en 1926 al Museo de Bellas Artes de Bilbao. Resulta particularmente curioso el interés que Durrio manifestó por la obra de Monticelli5, sobre todo teniendo en cuenta que su amigo y mentor Paul Gauguin, a quien admiraba profundamente, no llegó a tener jamás en alta estima a este célebre pintor de las "escenas galantes". De hecho, se sabe que a Gauguin le irritó sobremanera el fanatismo que, durante su estancia en Arlés, Vincent van Gogh mostró por el pintor de Marsella, hasta el punto de que, al parecer, "cuando pensaba en Monticelli lloraba".

En cualquier caso, a su llegada a París en 1886 Van Gogh se sintió fuertemente atraído por la pintura del marsellés, que, tal y como refirió en su diversa correspondencia -especialmente con su hermano Theo, durante su estancia en Arlés-, le llegó a obsesionar en extremo. En sus cartas dejó patente una visionaria comprensión sobre la libertad plástica y expresiva de Monticelli, de quien, incesantemente, buscó obras en el mercado artístico a fin de que engrosaran su colección personal, en la cual, finalmente, pudo reunir seis de ellas. Desde el punto de vista artístico, Van Gogh intentó emular plásticamente a Monticelli, lo que le llevó a comparar frecuentemente sus obras con las de él, con cuyas experiencias vitales, además, mostró una gran empatía. Así, escribió: "(...) después, lo único que alivia y distrae, tanto en mi caso como en el de otros, es aturdirse bebiendo una buena copa o fumando mucho. Lo cual es sin duda poco virtuoso, pero es para aproximarse a Monticelli. (...) Monticelli, colorista lógico, capaz de proseguir los cálculos más ramificados y subdivididos, relativos a las gamas de los tonos que él equilibraba, seguramente sobrecargó su cerebro con este trabajo, lo mismo que Delacroix y Ricardo Wagner".

Dentro de esta admiración profesada por Van Gogh, destacó su desmesurada devoción por el colorido vivificante que mostraban las obras de Monticelli y, por ejemplo, llegó a adorar sus amarillos (amarillo anaranjado, limón, de cromo, de Nápoles,...), que presentan obras como Paseo en un parque durante el crepúsculo (Musée d'Orsay, París). En este sentido, desde el punto de vista cromático, la tabla del Museo es un buen ejemplo de las obras que Van Gogh alabó, además de ser uno de los ejemplares característicos de Monticelli desde el punto de vista temático y plástico. Así, Amazona representa una de sus recurrentes escenas galantes, ambientada en un paraje fantástico, en la cual "varias damas, elegantemente vestidas, detienen su paseo para conversar con una pareja que llega, jinete la mujer en caballo blanco y él en caballo negro. A la derecha del cuadro, un esbelto lebrel". La escenificación, por su parte, se relaciona con las representaciones que Antoine Watteau (1648-1721) realizó durante el Rococó francés, cuya influencia, reconocida por el propio autor, fue notable en un considerable numero de obras, como, por ejemplo, en Serenata en un parque (Musée du Louvre, París). Por su parte, la pincelada densamente empastada, ejecutada de manera vibrante, dota de un fuerte expresionismo a la tabla.

Esta pastosidad, así como la intensidad en la gama cromática, fue uno de los aspectos a los que posteriormente prestaron especial atención algunas corrientes artísticas. A su vez, estas mismas cualidades, unidas al ficticio lirismo de sus escenificaciones, resultaron ser incomprensibles para una buena parte de los críticos y artistas, no sólo de su época, sino también de nuestros días. No deberíamos olvidar, sin embargo, que Van Gogh profetizó que "vendrá un día en el cual las bellas figuras dibujadas por él serán apreciadas como un arte muy grande". (Javier Novo)

Bibliografía seleccionada

  • Plasencia, Antonio. Catálogo de las obras de pintura y escultura del Museo de Bellas Artes de Bilbao. Bilbao, Imprenta Provincial, 1932. p. 24, n° cat. 64. (Con el título Damas y jinetes, y atribuido a Adolphe Monticelli)
  • Manterola, Ismael [coord.]; Onaindia, Mikel [coord.]. "Bilbao 1919 : la Exposición Internacional de Pintura y Escultura = Bilbao 1919 : Nazioarteko Pintura eta Eskultura Erakusketa [Recurso electrónico]", Boletin 11 = Bulletina 11. 2019. p. 55.
  • Lasterra, Crisanto de. Museo de Bellas Artes de Bilbao : catálogo descriptivo : sección de arte antiguo. Bilbao, Museo de Bellas Artes de Bilbao, 1969. p. 81, n° cat. 178. (Con el título Damas en un parque, y atribuido a Adolphe Joseph Thomas Monticelli)
  • Alazuen, André M. ; Ripert, Pierre. Monticelli : sa vie et son oeuvre. Paris, Bibliothèque des Arts, 1969.
  • Zugaza, Miguel ... [et al.]. Maestros antiguos y modernos en las colecciones del Museo de Bellas Artes de Bilbao. Bilbao, Museo de Bellas Artes de Bilbao, 2001. p. 77.
  • De Goya a Gauguin : el siglo XIX en el Museo de Bellas Artes de Bilbao [Cat. exp.]. Bilbao, Museo de Bellas Artes de Bilbao, 2008. pp. 199-201, n° cat. 27. (Con el título Amazona, y atribuido a Adolphe Monticelli)
  • Francisco Durrio, 1868-1940 : sobre las huellas de Gauguin [Cat. exp.]. Bilboko Arte Ederren Museoa-Museo de Bellas Artes de Bilbao, 2013. p. 70, n° cat. 22.
  • Amezaga Massalleras, María. Paco Durrio : viviendo París. Bilbao, Muelle de Uribitarte, 2013. p. 129.