Exposiciones

06-05-2025 • 07-12-2025
La Ruta del Arte BBK VI
Historias
Itinerante
Basada, por un lado, en la capacidad del arte para expresar visualmente relatos de todo tipo y, por otro, en la riqueza de las colecciones del museo, la nueva propuesta de La Ruta del Arte BBK ofrece un recorrido heterogéneo y plural por el arte occidental con autores que a lo largo de la historia se han inspirado en fuentes literarias de diversa naturaleza y origen.
En esta sexta edición el lema Historias ha orientado la selección de 38 obras de diferentes artistas, épocas y técnicas -pintura, collage, acuarela, escultura, cartel, fotografía y video-, que ha sido comisariada por el conservador de Arte Antiguo del museo, José Luis Merino Gorospe.
Desde 2020, La Ruta del Arte BBK Artearen Ibilbidea lleva la actividad de difusión y educación del museo más allá de su sede con los objetivos de fomentar la cultura artística y dar a conocer la riqueza de su patrimonio en espacios públicos. Para ello, en cada edición se da forma a un nuevo dispositivo móvil compuesto por una serie de paneles que reproducen obras de la colección con gran fidelidad.
Además, esta iniciativa ofrece un programa de mediación que ofrece visitas comentadas para centros educativos y asociaciones culturales, y la atención a las consultas de las personas que se acerquen a ver la exposición.
Este año -y contando de nuevo con la colaboración de la Fundación Bancaria BBK y de los ayuntamientos- la ruta itinerará desde el 6 de mayo (Bilbao) hasta el 7 de diciembre (Durango) por 31 localidades vizcaínas.
Algunos relatos perduran en la memoria colectiva debido a sus temas universales y su significado cultural. Son inspiradores, sin importar su época de origen, y abarcan mitos clásicos, historias del Antiguo Testamento, o pueden referirse a emociones como el amor y el odio, a deseos humanos inconfesables o a actos de altruismo. Los artistas plásticos a menudo se inspiran en estas historias, ya sean reales o ficticias, para crear obras memorables, como las que se presentan en esta selección.
“La imaginación tiene sobre nosotros mucho más imperio que la realidad.”
Jean de La Fontaine
Orazio Gentileschi (1563- 1639)
Lot y sus hijas, c. 1628
Óleo sobre lienzo
Adquirido en 1924
69/101
Esta pintura representa el pasaje bíblico en que Lot y sus hijas huyen de Sodoma. A través de la oquedad de la cueva en la que se refugian, a la derecha de la composición, se divisan la ciudad en llamas y la diminuta figura de la mujer del patriarca, convertida en estatua de sal por desobedecer el mandato divino de no volver la mirada atrás. Las mujeres, temerosas de ser los únicos supervivientes en la tierra, emborrachan al padre para tener descendencia con él, que aparece dormido tras el acto. Gentileschi fue un destacado seguidor de Caravaggio, aunque evolucionó hacia un colorido más brillante. Pintó este cuadro en Londres, donde pasó sus últimos años al servicio de Carlos I de Inglaterra.

Francisco Gutiérrez Cabello (c. 1616-c. 1670)
Capricho arquitectónico con Moisés salvado de las aguas, c. 1653-1655
Óleo sobre lienzo
Adquirido en 1995
95/205
Según el Éxodo, el faraón ordenó sacrificar a los primogénitos hebreos con el fin de controlar su población, pero la madre de Moisés, en un intento de salvarlo, lo dejó en una canasta a merced de la corriente del Nilo. Este cuadro recoge el momento en que la hija del faraón lo encuentra y lo rescata para criarlo como propio. El pintor recurre a este pasaje, cuyo motivo central es casi imperceptible, y crea un escenario grandioso de arquitectura fantástica inspirada en la tradición flamenca y con toques góticos. Gutiérrez Cabello, uno de los artistas más singulares de la pintura madrileña del siglo XVII, destacó en la producción de caprichos arquitectónicos, un género que le atrajo gran clientela.

Domenico Piola (1628-1703)
Job y sus hijos, c. 1650
Óleo sobre lienzo
Adquirido en 1923
69/196
Los cuerpos que yacen entre escombros pertenecen a los hijos de Job, muertos tras la destrucción de su hogar debido a un potente vendaval enviado por Satanás. Es la segunda de las siete pruebas a las que Job fue sometido para probar su fe inquebrantable en Dios. El profeta aparece como testigo mudo del caos, expresado mediante diagonales, una composición abigarrada y un hábil uso de la luz. Domenico Piola, destacado pintor de la segunda mitad del siglo XVII, pasó de un estilo barroco espectacular a una concepción más serena y refinada. Perteneció a la primera generación de la Casa Piola, que dominó el arte genovés hasta el siglo XIX.

Mari Puri Herrero (1942)
Sueño de Jacob, 1982
Acuarela sobre papel
Adquirido en 2016
© Mari Puri Herrero, VEGAP, Bilbao, 2025
16/1102
El patriarca bíblico Jacob huyó al desierto tras enfrentarse con su hermano Esaú y allí se durmió agotado usando una piedra como almohada. En su sueño vio una escalera que ascendía hasta el cielo, por la que subían y bajaban ángeles, mientras Dios le prometía que su descendencia sería tan numerosa como el polvo de la tierra. En la interpretación cristiana, la escalera simboliza a Jesucristo como vínculo entre el cielo y la tierra, por ser a la vez hijo de la divinidad y hombre. Mari Puri Herrero recrea esta escena con acuarela, imprimiéndole la atmósfera onírica que caracteriza su trabajo. La artista bilbaína, con una dilatada trayectoria, recibió el premio Gure Artea que otorga el Gobierno Vasco en 2022.

Anónimo catalán. Último tercio del siglo XIII
El Arca de Noé
Temple sobre tabla
69/256
Adquirido en 1959
Esta pintura, plasmada con colores planos y un dibujo esquemático y rítmico, representa el momento de la bajada de las aguas tras el Diluvio Universal. Noé y su familia, visibles a través de las ventanas del arca, se preparan para abandonar su refugio después de recibir a la paloma con la rama de olivo. La desproporcionada escala del ave ayudaría a los fieles a identificar el instante preciso de la historia. Procedente de la iglesia de Santa María en Pessonada (Lleida), la obra está compuesta por varias piezas de madera unidas horizontalmente. Junto con otra pintura de Cristo crucificado, también en la colección del museo, debió de formar parte de un baldaquino.

Lucas Cranach “el Viejo” (1472- 1553)
Lucrecia, 1534
Óleo sobre tabla
Adquirido en 2012
12/79
La hermosa Lucrecia pertenecía a una ilustre familia de la antigua Roma. Fue violada por el hijo del rey Lucio, Sexto Tarquinio, quien, además, la amenazó si le denunciaba. Presa de la vergüenza, se suicidó delante de su marido y su padre. El suceso avivó el descontento de los ciudadanos más notables e influyó de forma importante en el establecimiento de la república en Roma. Cranach, uno de los primeros pintores alemanes en aplicar la ideología protestante al arte, realizó numerosas versiones de la heroína. En esta aparece casi desnuda para subrayar su belleza e indefensión y en el preciso instante en que clava la daga mortal en su pecho.

Martin de Vos (1532-1603)
El rapto de Europa, c. 1570-1575
Óleo sobre tabla
Donación de Horacio Echevarrieta en 1919
69/241
Júpiter, el más poderoso de los dioses romanos, se transformó en un toro blanco para raptar a Europa, que jugaba con unas compañeras a la orilla del mar. Martin de Vos, nacido en Amberes y formado en Italia, prescinde de los elementos más dramáticos y sórdidos de esta historia de violación. Además de poner especial énfasis en el paisaje y las escenas del fondo, concentra la atención en el desnudo femenino, modelado mediante sfumato y suaves veladuras. La túnica amarilla y el paño rojo añaden color y movimiento a la composición.

Eugène Grasset (1845-1917)
Juana de Arco, Sarah Bernhardt, 1890
Litografía sobre papel
Donación de colección particular en 2013
13/13
La joven campesina francesa Juana de Arco lideró por inspiración divina al ejército contra los ingleses en la Guerra de los Cien Años. Capturada, fue juzgada por herejía y quemada viva en 1431. Su figura fue llevada al teatro por la célebre actriz Sarah Bernhardt en 1890 y Eugène Grasset diseñó para ello un cartel combinando su característico estilo art nouveau con una representación dramática de la heroína. Bernhardt encarnó su personaje con gran intensidad. El cartel captura su energía y el simbolismo de su sacrificio mediante un dibujo elegante y una composición dinámica que, junto con la tipografía escogida, le dan un aspecto neomedieval. En 1920, Juana de Arco fue canonizada y proclamada patrona de Francia.

Dorothea Fisher-Nosbisch (1921-2009)
La tentación vive arriba, 1960
Offset sobre papel
Donación de colección particular en 2015
15/63
La tentación vive arriba (1955), dirigida por Billy Wilder, es una comedia romántica protagonizada por Marilyn Monroe y Tom Ewell. Un hombre casado que se ha quedado solo en Nueva York durante el verano se siente atraído por su nueva vecina, lo que provoca situaciones hilarantes. Dorothea Fischer-Nosbisch, colaboradora habitual de la productora Atlas-Film, diseñó el cartel de la película fusionando varias técnicas. La imagen se inspira en una fotografía promocional de la actriz con el famoso vestido blanco de William Travilla estampado con los créditos de la película en una tipografía moderna. Los colores saturados y el fondo pictórico abstracto crean una imagen vibrante con un toque pop que enfatiza la sensualidad de la protagonista y el tono ligero de la ficción.

Friedrich Rehberg (1758- 1835)
Caín, c. 1791-1795
Óleo sobre lienzo
Donación del barón de Quinto en 1914
69/200
Según la Biblia, Caín es el primer fratricida. Mató a su hermano Abel por celos, representando así el pecado y la condena divina. Este lienzo de Friedrich Rehberg refleja el clasicismo europeo de finales del siglo XVIII y principios del XIX. La figura de Caín, influida por la estatuaria clásica, con el arma y la serpiente a los pies, ocupa el centro, mientras que el paisaje de fondo, en el que figuran Abel y los padres, hace referencia al humanismo neoclásico. El rayo divino simboliza la justicia primigenia. Aunque Rehberg tuvo un gran reconocimiento en su tiempo, su rechazo a los movimientos artísticos más novedosos lo condujo al olvido.

Francisco Durrio (1868- 1940)
El sueño de Eva, c. 1908
Cerámica vidriada
Donación de Quintín de Torre en 1958
82/114
Una superficie cerámica casi plana y circular muestra en bajorrelieve una figura femenina desnuda vista de perfil. En posición fetal, con los brazos sobre las rodillas y la cabeza reclinada, duerme mientras que una serpiente la acecha a la altura de la nuca. Se trata de una reinterpretación del relato bíblico de Eva, que aquí no muerde la manzana, sino que es el reptil quien espera un momento de vulnerabilidad para atacarla. Influenciado por Gauguin, Durrio elevó la cerámica a la categoría de material artístico. Realizó otras dos versiones de este tema en bronce y latón pulimentado.

Anónimo aragonés. Tercer cuarto del siglo XV
Las tentaciones de San Antonio
Temple sobre tabla
Donación de Mercedes Basabe, viuda de Manuel Taramona, en 1942
69/37
San Antonio Abad fue un monje cristiano cuya historia mezcla elementos reales y legendarios. Se sabe que abandonó sus bienes para llevar una vida de ermitaño en el desierto, donde se dedicó a la meditación y la penitencia. Allí fue atormentado por diversas tentaciones físicas y psicológicas encarnadas en mujeres seductoras o monstruos diabólicos, símbolo de la lucha del ser humano contra sus pasiones y vicios. La representación visual de la resistencia del santo a los intentos demoníacos de corromper su alma es una alegoría del conflicto entre la virtud y el pecado.

Alberto Rementería (1953)
Anunciación, 2006
Técnica mixta sobre lienzo
Donación del artista en 2013
© Alberto Rementería, VEGAP, Bilbao, 2025
13/3
Este escenario remite al Renacimiento italiano, con arquitecturas inspiradas en Giotto plasmadas en perspectiva frontal, recurso típico de los fresquistas de esa época. El color es una sublimación de la paleta italiana y la decoración vegetalizada con forma de bocadillo de cómic aporta un toque pop y disruptivo. En esta imagen culta pero irónica, el artista se autorretrata desnudo como el ángel de la Anunciación. Rementería pertenece a la segunda promoción de la Escuela Superior de Bellas Artes del País Vasco, donde fue profesor hasta 2014. Su obra, fiel a la figuración, abarca temáticas tan diversas como las representaciones de la pequeña burguesía de sus inicios o las reinterpretaciones de motivos religiosos en clave kitsch.

Pere Nicolau (documentado entre 1390 y 1408)
Retablo de los siete gozos de la Virgen María (Anunciación), c. 1398
Temple sobre madera
Adquirido en 1934
69/182
Esta escena parece concentrar dos momentos clave para el cristianismo: la Anunciación y la Encarnación, que le sigue inmediatamente. El arcángel Gabriel se arrodilla para dar la buena nueva a María; al fondo, se distinguen las figuras del Espíritu Santo y Dios Padre. Esta pintura forma parte de un retablo dedicado a la vida de la Virgen que el museo conserva casi completo. Se trata de un bello ejemplo del estilo gótico internacional, cuyas claves son la estilización de las formas, la descripción minuciosa de los detalles y las texturas, y el brillante cromatismo. Su autor, Pere Nicolau, fue un artista activo en Cataluña, Aragón y Valencia a finales del siglo XIV y principios del XV.

Sofonisba Anguissola (1535-1625)
Desposorios místicos de Santa Catalina, 1588
Óleo sobre lienzo
Adquirido en 2021
21/2
La legendaria princesa Catalina de Alejandría nació hacia el año 290. Convertida al cristianismo, se negó a hacer sacrificios a los dioses paganos e invitó al emperador a un debate sobre la verdadera deidad. Este convocó entonces a los grandes sabios, a quienes la mujer superó en inteligencia. Fue martirizada por ello con una rueda dentada, atributo con el que habitualmente se la representa. Anguissola captura el momento en que se consagra a Cristo en un matrimonio místico. Se inspira para ello en una composición de Luca Cambiaso, a la que aporta una singular dulzura e intimidad. Esta excepcional pintora destacó en una escena artística dominada por hombres y recibió el reconocimiento de colegas como Miguel Ángel y Van Dyck.

Juan José Aquerreta (1946)
Anunciación, 1979
Óleo sobre lienzo
Adquirido en 1982
82/212
Juan José Aquerreta se apropia aquí de las representaciones tradicionales de la Anunciación a María para presentar dos figuras masculinas: una, en pie, toca una línea de separación, como si llamara o estuviera a punto de abrir una puerta; la otra espera en actitud pensativa. El color y la textura se inspiran en la pintura mural clásica y todo el conjunto emana un aura mística de evocación metafísica. Galardonado con el Premio Nacional de Artes Plásticas en 2001, Aquerreta ha dedicado su obra a la exploración profunda de la condición humana. Sus creencias religiosas y su reflexión sobre el sufrimiento otorgan una dimensión espiritual y trascendente a sus creaciones.

Pedro Orrente (1580- 1645)
El sacrificio de Isaac, c. 1616
Óleo sobre lienzo
Donación de Luis Castells Tohá, en memoria de su esposa, Carmen Bertendona en 1975
82/3
Esta escena representa una de las complejas historias del Génesis. En ella un ángel detiene a Abraham, a punto de sacrificar a su hijo para demostrar su sumisión a la voluntad de Dios. La víctima es finalmente un pequeño cordero, prefiguración de Cristo. El naturalismo pictórico, característico de la escuela valenciana, se destaca en el tratamiento de los elementos del sacrificio y de la lana del animal. El manejo de la luz, con un modelado en fuerte claroscuro del cuerpo del muchacho, sigue el estilo caravaggiesco, influencia que Orrente asimiló durante su estancia en Venecia trabajando para el pintor Leandro Bassano.

Andrés Nagel (1947)
89019, 1989
Collage sobre grabado en colores
Donación de José María Tasende, en memoria de su madre Ángela Tasende Elkoroiribe, en 2015
© Andrés Nagel / Derwald Nagel, VEGAP, Bilbao, 2025
15/34
San Sebastián fue un soldado del Imperio Romano martirizado por su fe cristiana, tema recurrente en la historia del arte. En su reinterpretación, Andrés Nagel representa al santo atravesado por las flechas mediante la técnica mixta y el collage. La figura está tratada en grisalla, en tonos violáceos, con contornos resaltados en blanco que recuerdan a la luz de neón. Destaca sobre un fondo amarillo luminoso, de manera que el efecto de claroscuro se resuelve de forma inversa a la empleada por la pintura tenebrista. Para abordar la complejidad del sufrimiento, Nagel fusiona con una estética pop lo religioso y lo erótico.

Vicente Castelló (1580 - 1636)
El martirio de Santa Catalina de Alejandría, c. 1617
Óleo sobre lienzo
Donación de Mercedes Basabe, viuda de Manuel Taramona, en 1949
69/204
Esta imagen muestra el momento en que unos ángeles acuden a liberar a santa Catalina del martirio dispuesto por el emperador romano. La figura de la mujer, semidesnuda, aparece erguida en el centro, a punto de ser despedazada por una gran rueda dentada. A cada lado se precipitan jinetes y hombres a pie sorprendidos por la irrupción de los ángeles, que rompen el instrumento de tortura y traen a la santa coronas de laurel y flores. Todo en la pintura está cargado de acción y drama con un tinte apocalíptico. Castelló trabajó en el taller de su suegro, el pintor barroco Francisco Ribalta, y sobresalió como uno de los mejores representantes del naturalismo valenciano.

Rogelio de Egusquiza (1845-1915)
Tristán e Isolda (La muerte), 1910
Óleo sobre lienzo
Adquirido en 2000
00/9
Este cuadro se inspira en una célebre ópera de Richard Wagner que recupera, con gran carga emocional, una leyenda medieval. Tristán es enviado por su tío, el rey Marke, a buscar a Isolda, obligada a casarse con el monarca. Durante el viaje, los jóvenes beben una pócima creyendo que es un veneno, pero en realidad se trata de un filtro amoroso. Tal confusión conduce al trágico desenlace. En el lienzo, ambos yacen muertos en una atmósfera irreal impregnada de sensualidad. Las adormideras que brotan de la tierra simbolizan el sueño eterno. La obra wagneriana impresionó profundamente a Egusquiza, quien, atraído por el concepto de “arte total”, comenzó a explorar diversas disciplinas. Su pintura se tornó entonces hacia un simbolismo neoidealista.

Nemesio Mogrobejo (1875 - 1910)
Ugolino, 1908-1909
Plata
Adquirido en 2014
14/6
Ugolino della Gherardesca, conde de Donoratico, se convirtió en el siglo XIII en señor de Pisa conspirando contra su propio bando, el de los gibelinos. Cuando estos retomaron el poder, su líder, el arzobispo Ruggieri degli Ubaldini, confinó a Ugolino y a sus descendientes en la Torre della Muda hasta que todos perecieron de inanición. En la Divina comedia, Dante sugiere que el noble, antes de morir, se alimentó de la carne de sus hijos y lo presenta en el noveno círculo del Infierno –dedicado a la traición– devorando el cráneo de su enemigo, momento que recoge este relieve de plata. Mogrobejo presenta unos cuerpos de anatomía crispada que se arremolinan en una estética próxima al art nouveau.

Abraham Mignon (1640- 1679)
Guirnalda de flores, c. 1675
Óleo sobre lienzo
Donación de María de Arechavaleta, de la colección de José Palacio, en 1953
69/223
Es necesario observar con atención el lienzo para detectar la pequeña serpiente que asciende por la mano de la mujer situada en el centro de la composición. Su atuendo noble y la presencia del reptil y de una sirvienta permiten identificarla como Cleopatra. Mignon, un artista de ideología calvinista, plasma este tema, posiblemente por encargo, en lugar de las escenas religiosas que solían ocupar el espacio central de estas guirnaldas. La descripción casi científica de las flores solo es posible gracias a un profundo conocimiento botánico y a la excepcional habilidad de este pintor del Siglo de Oro holandés.

Orazio Gentileschi (1563- 1639)
Judith y su sirviente con la cabeza de Holofernes, c. 1605- 1612
Óleo sobre lienzo
Donación de Óscar Alzaga Villaamil en 2021
21/83
Judith, una valiente viuda israelita, salva a su ciudad, asediada por el ejército asirio, embriagando al general enemigo Holofernes. Mientras este duerme, ella lo decapita con su propia espada. El cuadro muestra el instante en que la heroína y su asistenta huyen con la cabeza del hombre en un cesto, en una acción que inspira al pueblo a luchar. Esta obra de la primera etapa del pintor Orazio Gentileschi revela la fuerte influencia de Caravaggio en el intenso claroscuro que deja en penumbra el rostro de Judith. Pudo pertenecer a la hija del autor, la también pintora Artemisia Gentileschi.

Paula Scher (1948)
El Mercader de Venecia, 1996
Serigrafia sobre papel
Donación de colección particular en 2019
19/88
El mercader de Venecia, de William Shakespeare, narra la historia de Antonio, un comerciante que pide un préstamo a Shylock para ayudar a su amigo Bassanio a cortejar a Porcia. El usurero exige a Antonio una libra de su propia carne como garantía. Cuando no puede pagar, se desata un conflicto legal en el que Porcia, disfrazada de abogado, derrota a Shylock y salva a Antonio. El drama reflexiona sobre el destino y las decisiones humanas. Este cartel evidencia la novedosa estética de la campaña creada por su autora, Paula Scher, para el Festival Shakespeare de Nueva York, que comenzó a celebrarse en 1994. Con una tipografía gruesa, se inspira en el constructivismo de los años veinte y treinta, y en las tendencias musicales y la performatividad de su tiempo.

Suzan Pitt (1943-2019)
La flauta mágica, 1983
Serigrafía sobre papel
Donación de colección particular en 2019
19/105
El cartel del estreno de La flauta mágica en Wiesbaden en 1983 es buen reflejo del estilo experimental de Suzan Pitt, quien, con un enfoque surrealista, captura la esencia fantástica y simbólica de la ópera de Mozart. Centra el diseño la serpiente gigante que persigue a Tamino, el protagonista, como representación del desafío que debe enfrentar. La imponente presencia de la Reina de la Noche se insinúa a través de figuras sombrías que simbolizan su poder y misterio. El fuerte claroscuro expresa la dualidad entre luz y oscuridad, elementos centrales de la obra que aluden al conflicto entre el bien y el mal. Además, junto con el uso de colores vibrantes, contribuye a enfatizar la magia de la composición.

Anselmo Guinea (1855-1906)
Idilio en Arratia, 1889
Óleo sobre lienzo
Donación de Antonio Plasencia en 1914
82/2420
Esta escena sencilla y entrañable parece inspirada en los relatos edulcorados de Antonio Trueba sobre el mundo rural vasco. Frente a un caserío del vizcaíno valle de Arratia, una muchacha que bate el lino (lo golpea para separar las impurezas) sonríe complacida por las historias que le cuenta un joven mientras lía un cigarro. La baranda de la escalera los separa para mantener la castidad de la relación a la manera de los idilios campesinos propios de la pintura italiana. En esta obra de transición, Guinea combina el estilo romano, previo a su estancia en París, con el uso del claroscuro y el dibujo sólido, marcando el inicio de su evolución hacia una pintura más moderna, influenciada por Adolfo Guiard, con colores frescos y pincelada suelta.

Jesus Mari Lazkano (1960)
En homenaje a Gianbologna, 1991
Acrílico sobre lienzo y tabla
Adquirido en 2002
© Jesus Mari Lazkano, VEGAP, Bilbao, 2025
02/85
Esta gran pintura ofrece una vista de la parte superior de un edificio bilbaíno que alberga una entidad bancaria, coronado por una copia del Hermes creado por Giovanni Bologna en 1574 para la familia Médicis. El mito griego que personifica el comercio y la astucia –Mercurio para los romanos– volaba con sandalias aladas como mensajero de los dioses y podía acceder al inframundo. El colorido irreal, la piedra y las inscripciones en trampantojo, así como la hora que marca el reloj, contradictoria con la luz baja en el horizonte, conforman una imagen desconcertante. La composición impecable y la habilidad en el dibujo y el modelado caracterizan a este prolífico artista, que sorprende siempre con sus espectaculares panorámicas.

Luis Paret (1746-1799)
Triunfo del Amor sobre la Guerra [I], 1784
Óleo sobre lienzo
Donación de Alicia Koplowitz Romero de Juseu en 2018
18/8
Luis Paret pintó esta obra durante su exilio en Bilbao. Forma pareja con otra de igual formato y medidas, con la que comparte también tema: la exaltación de la victoria del amor sobre la guerra, en especial el amor conyugal. Cupido se dispone a lanzar una flecha con tres rosas ensartadas que simbolizan a Venus, diosa del amor. En la otra mano sostiene un ramo de flores que se deshacen, aludiendo a su poder sobre la Tierra. El casco a la izquierda podría hacer referencia a Marte, dios de la guerra, mientras que el carcaj contiene las armas de Cupido. Ambos lienzos, que pudieron formar parte de una serie, presentan una rica iconografía rococó que subraya la alta cultura de su autor.

Julio Romero de Torres (1874-1930)
Venus de la poesía, 1913
Óleo sobre lienzo
Depósito de la Diputación Foral de Bizkaia, a través de la dación del BBVA en 2003
DEP645
Este lienzo presenta a la célebre cupletista y actriz Raquel Meller, personificada como la diosa Venus, símbolo del amor y la belleza. Aparece cortejada por quien más tarde sería su esposo, el diplomático y escritor guatemalteco Enrique Gómez Carrillo, que sostiene una nota con la firma del artista. La mujer, recostada, se coloca una mantilla de encaje junto a la que se ha dispuesto una rosa, imagen de la pasión. Al fondo, se vislumbra, en una atmósfera onírica, la ciudad de Córdoba, con la Puerta del Puente y el río Guadalquivir. Realidad e idealismo se mezclan, por tanto, en esta representación de la mujer sensual que conecta con la España folclórica a la vez que refleja la modernidad creativa al fusionar diversas corrientes estéticas.

Ana Laura Aláez (1964)
Mariposas (dos fotogramas), 2004
Video en CD (7 min 59 s)
Donación de la artista en 2020
© Ana Laura Aláez, VEGAP, Bilbao, 2025
20/224
Estos fotogramas pertenecen a un video de Ana Laura Aláez en colaboración con el músico y DJ alemán Daniel Holc. En él suena de fondo una canción de amor escrita para ella por Holc cuyo estribillo se pregunta: "¿Qué pasará cuando ya no sintamos mariposas en el estómago?". Aláez, desnuda sobre un fondo neutro, interpreta la canción, apenas audible para el espectador, ajena a la cámara, en una escena que sugiere intimidad, pero también vulnerabilidad. El audiovisual, muy singular en la trayectoria de la artista, ha dado lugar a nuevos proyectos, algunos de ellos de carácter escultórico.

Itziar Okariz (1965)
Variation sur la même t'aime, 1992
Impresión digital sobre papel RC
Adquirido en 2020
20/172
Esta fotografía pertenece a una serie en la que Itziar Okariz refleja, de manera pionera en España, la preocupación por la identidad –especialmente sexual y de género, pero también política y cultural– que atraviesa tanto el arte como la vida cotidiana. A través de su propio cuerpo como material artístico y espacio de "disidencia", cuestiona las normas y convenciones sociales, a la vez que pone de manifiesto la intemporalidad de su reflexión. Al raparse el cabello y alterar su imagen, Okariz subraya el esfuerzo constante de comprender quiénes somos en un mundo plagado de etiquetas y estereotipos.

Isabel Baquedano (1929-2018)
Escena en el templo de Apolo en Corinto, 1980
Óleo y carboncillo sobre lienzo
Donación de Mayte Baquedano Elvira en 2020
20/182
Esta vista del templo de Apolo, cuyos vestigios se encuentran en Corinto, nos transporta a la Grecia antigua, una de las principales fuentes de inspiración de Isabel Baquedano. Las figuras de apariencia inacabada en primer plano están despojadas de todo detalle, anticipando el camino de la artista hacia una estética que iría depurando los recursos estilísticos y expresivos hasta alcanzar la máxima simplificación. En la trayectoria artística de Baquedano, quien también fue docente en la Escuela de Artes y Oficios de Pamplona, se aprecian influencias del poscubismo, el informalismo, la nueva figuración, el expresionismo, el realismo social y el pop en su contexto español, aunque siempre filtradas por su estilo personal, centrado en la sobriedad material y conceptual.

Barbara Baranowska (1934)
Possession, 1981
Offset sobre papel
Donación de colección particular en 2023
23/223
Possession (1981), dirigida por Andrzej Żuławski, narra la crisis emocional de Anna (Isabelle Adjani) en medio de una tormentosa ruptura matrimonial. La trama se adentra en una espiral de locura, infidelidades y fuerzas sobrenaturales para explorar temas relacionados con la obsesión, la desesperación y el conflicto interno. En una de las escenas más impactantes, la protagonista es poseída por un ser con tentáculos, imagen que la diseñadora polaca Barbara Baranowska recrea aquí a través de la atormentada figura mitológica de Medusa. Baranowska es autora de icónicos carteles cinematográficos de los años sesenta y setenta, como los de la versión que Mel Stuart dirigió de Willy Wonka (1971) o Grandeur Nature (1974) de Luis García Berlanga.

April Greiman (1948)
Los Angeles Olympic Games, 1984
Offset sobre papel
Donación de colección particular en 2021
21/251
Los Juegos Olímpicos tienen su origen en las competiciones atléticas que se celebraban en la ciudad griega de Olimpia entre los siglos VIII a. C. y IV de nuestra era. En el siglo XIX se retomó la tradición como un evento deportivo internacional y la primera edición de las Olimpiadas modernas tuvo lugar en Atenas en 1896. Este cartel anuncia las que se organizaron en Los Ángeles en 1984. Fue creado por April Greiman, pionera del diseño gráfico digital, ya que fue una de las primeras en incorporar el uso del ordenador a esta disciplina. Conocida por su enfoque experimental y por el empleo innovador de la tecnología, su estilo fusiona tipografía, fotografía y gráficos en composiciones dinámicas.

Jacob Jordaens (1593-1678)
Sátiro tocando la flauta (La infancia de Júpiter), c. 1639
Óleo sobre lienzo
Adquirido en 1989
89/48
Jacob Jordaens recurrió a menudo a la representación del personaje mitológico del sátiro, situado aquí en un entorno melancólico. Su estilo se distingue por la pincelada vibrante y un notable manejo de los contrastes lumínicos, como se aprecia en la luz crepuscular del lienzo. La composición incluía, en la parte inferior, una escena con niños y una ninfa dormida, posible alusión a la infancia de Júpiter, pero fue recortada en algún momento. Jordaens se formó en Amberes, en el taller de Adam van Noort. Tras la muerte de Rubens –con quien colaboró– y de Van Dyck, se convirtió en el pintor más exitoso de los Países Bajos. Esta obra pertenece a su periodo más fructífero.

Idoia Montón (1969)
Sacrificio II, 2021
Óleo, acrílico y collage sobre lino
Adquirido en 2022
22/149
Idoia Montón creó esta obra como parte de su serie El sacrificio o La ofrenda, inspirada en su estancia en el Kurdistán en 2019. Combina elementos del pasado arqueológico de la región con otros de su propio entorno cotidiano: vistas desde su estudio en Barcelona, un espejo convexo alusivo a la pintura flamenca y un escenario de madera con una figura geométrica que sostiene a una leona sacrificada. El animal remite al bajorrelieve asirio Cacería de leones de Asurbanipal (British Museum, Londres), en una evocación tanto de la destrucción como del ritual. Si bien conserva la atmósfera ceremonial, la intensidad naturalista de aquella escena se desvanece en esta imagen.

José Echenagusía (1844- 1912)
Sansón y Dalila, 1887
Óleo sobre lienzo
Adquirido en 1994
94/49
Este gran lienzo pintado por José Echenagusía en Italia representa el momento en que Sansón revela a Dalila el secreto de su fuerza sobrehumana: sus largos cabellos. Con una paleta reducida, sobresale por mostrar objetos y tejidos diversos, pero fue criticada en su momento por su falta de "sabor bíblico", solapado por la influencia del orientalismo. El exotismo del antiguo Egipto atrajo a numerosos artistas, que ambientaron su pintura en tal escenario. Echenagusía, que fue un miembro destacado de la colonia española en Roma, tuvo una amplia trayectoria, centrada especialmente en temas históricos y costumbristas. También dejó importantes decoraciones en el País Vasco.

Alberto Schommer (1928-2015)
Egipto, 2001
Impresión digital sobre papel
Donación del artista en 2013
© Fundación Alberto Schommer, VEGAP, Bilbao, 2025
13/109
Esta fotografía de Alberto Schommer captura la majestuosidad de la Esfinge de Gizeh en primer plano. Tras ella se erige la pirámide, símbolo de la grandeza y el misterio de la civilización egipcia, cultura que ha inspirado los más apasionantes relatos. La composición simétrica resalta la serenidad de la esfinge frente a la monumentalidad de la pirámide, en un juego visual entre lo humano y lo arquitectónico. La elección del blanco y negro acentúa las sombras y texturas, de modo que la imagen adquiere un aire atemporal y evocador. Schommer, reconocido por sus retratos y por el enfoque documental de su trabajo, combina técnica, profundidad emocional y un estilo sobrio para capturar en sus fotografías la esencia de las cosas.

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