Exposiciones
La obra invitada
Finalizada
10-07-2023 • 16-10-2023
Joaquín Sorolla
Bajo el toldo, Playa de Zarauz (1910)
Sala 19
La propuesta del programa La Obra Invitada para este verano trae el luminismo de Joaquín Sorolla (Valencia, 1863-Cercedilla, 1923) a la sala 19 del museo en el año en que se conmemora el centenario del fallecimiento del pintor. El programa se suma a la efeméride con una obra destacada de la producción de Sorolla, que fue pintada durante una de las primeras campañas que llevó a cabo en el País Vasco.
Se trata del lienzo Bajo el toldo, Playa de Zarauz (1910), una pintura clave para entender las estancias del artista en tierras vascas, que muestra a la familia del pintor -su mujer Clotilde y sus hijos María, Elena y Joaquín- elegantemente vestidos y a la sombra de uno de los característicos toldos de la playa de la localidad guipuzcoana.
Hacia 1900 Sorolla empezó a pintar las playas del norte, por entonces frecuentadas por la familia real y la aristocracia. Este elegante veraneo le permitió representar escenas de refinado ocio con un nuevo cromatismo propio de la luz septentrional, tan diferente a la de las playas de su Valencia natal. En 1909 expuso estas obras en Nueva York y, animado por su éxito, en el verano de 1910 viajó con su familia a Zarautz, residencia veraniega de la reina Isabel II.
La pintura se expone, además, contextualizada con otro lienzo que representa una panorámica de la playa y con cuatro dibujos preparatorios de las figuras. Por último, una imagen de época de Sorolla pintando al aire libre remite a la importancia de la fotografía en su pintura, cuyo origen se sitúa en la estrecha relación que mantuvo con su suegro, Antonio García, uno de los fotógrafos profesionales españoles más prestigiosos del momento.
Sorolla en el País Vasco
En 1889, en su viaje de vuelta de Roma, donde se relacionó con la numerosa colonia de artistas vascos allí establecida, Joaquín Sorolla conoció el País Vasco y, tras una parada en París, se estableció unos días en San Sebastián. A partir de entonces, y hasta 1910 de nuevo de camino hacia París, hizo a menudo breves estancia vascas, que aprovechaba para tomar apuntes y pintar obras de pequeño formato en las que descubría la luz húmeda de la costa cantábrica y su cromatismo dominado por verdes y grises.
Además, y a partir de los veraneos de la reina Isabel II en Zarautz, las playas del norte se convirtieron en lugar predilecto de la familia real, la aristocracia y la alta burguesía, de modo que Sorolla, junto con los nuevos motivos pictóricos que le proporcionaba el entonces elegante veraneo, encontró aquí una nutrida clientela ansiosa por ver y adquirir sus obras. Desde entonces, el pintor regresaría en numerosas ocasiones, casi siempre acompañado por su familia.
En el verano de 1906 la familia se instaló en Biarritz y San Sebastián para que Sorolla pudiera pintar playas y escenas de costa. En 1910 viajaron para una nueva campaña pictórica a Zarautz, donde retrató a su familia en la playa en una serie de obras que ponen en evidencia su enorme calidad como retratista. Pero a causa del mal tiempo, se vio obligado a pintar también escenas de género con interiores de tabernas con pescadores bebiendo, más cercanas a la pintura realista del siglo XVII.
En 1911 veraneó por primera vez en San Sebastián tras regresar de San Luis y Chicago, en donde la Hispanic Society de Nueva York había organizado con gran éxito su segunda exposición itinerante. En 1912 pasó la primera quincena de julio en Biarritz pintando los retratos de Archer M. Huntington, fundador de la Hispanic Society of America de Nueva York, y su esposa. El resto del verano se instaló en San Sebastián, desde donde viajó para hacer los estudios de tipos del Roncal para el panel dedicado a Navarra de la Hispanic Society. Durante la primera quincena de septiembre de ese mismo año pintó también en la localidad de Lekeitio (Bizkaia).
En septiembre de 1913 viajó nuevamente a San Sebastián para entrevistarse con el rey Alfonso XIII. En 1914 regresó allí con su familia para terminar el cuadro del País Vasco
–Los bolos, Gipuzkoa– para la Hispanic Society. En 1917 pasó el verano con su familia en Villa Sorolla, situada en la carretera del faro de San Sebastián, en las faldas del monte Igueldo. También se instaló allí el siguiente verano, tomando apuntes y pintando escenas de playa y del entorno de la ciudad, y una veintena de obras de pincelada suelta con el rompeolas y el monte Ulía al fondo.
Los veranos de 1920 y 1921, ya muy enfermo, Sorolla fue trasladado por su familia a Villa Sorolla. Serán los últimos antes de fallecer en 1923 en casa de su hija María en Cercedilla (Madrid).
Joaquín Sorolla (Valencia, 1863-Cercedilla, 1923)
Bajo el toldo, Playa de Zarauz, 1910
Óleo sobre lienzo, 99 x 126 cm
Colección Museo Sorolla, Madrid
La estancia de Sorolla en Zarautz –junto con San Sebastián, uno de los destinos más cosmopolitas de la época– en el verano de 1910 se considera clave para entender su actividad en el País Vasco. Bajo el toldo, Playa de Zarauz es buen ejemplo de ello y permite vislumbrar la influencia que ejerció su autor en el entorno cultural del norte, donde se convirtió en una figura referencial. Con pincelada jugosa y rápida, Sorolla retrata a su familia bajo un toldo que, si bien no figura en la imagen, proyecta una amplia sombra que activa lumínicamente la escena en diferentes espectros. El carácter abocetado de la pintura y el estudiado encuadre componen esta elegante aunque informal escena playera.
Joaquín Sorolla (Valencia, 1863-Cercedilla, 1923)
Playa de Zarauz, 1910
Óleo sobre lienzo, 68 x 78,5 cm
Colección Museo Sorolla, Madrid
A mediados del siglo XIX la localidad guipuzcoana de Zarautz se había convertido en un enclave privilegiado en el que disfrutar de los baños de sol y mar. La extensión de su arenal, la belleza de su biotopo y el clima propicio le valieron el título de “la reina de las playas” y hasta allí se trasladaban cada año, desde que lo hiciera Isabel II, numerosos veraneantes. Este lienzo muestra la vista entre el Palacio de Narros y el monte San Antón de la vecina Getaria, llamado, por su forma, “el ratón”. La instantaneidad de la escena, obtenida mediante una pincelada enérgica y abocetada, refleja a la perfección la actividad playera, con sus relucientes toldos y el trasiego de paseantes y bañistas.
Joaquín Sorolla (Valencia, 1863-Cercedilla, 1923)
Figura femenina en la arena, 1910
Figura con sombrero en la arena, Zarauz, 1910
Grupo de mujeres en la arena, 1910
Figura tumbada en la arena y perfil, 1910
Lápiz compuesto sobre papel continuo
Fundación Museo Sorolla, Madrid
Además de su extenso trabajo pictórico, el corpus artístico de Sorolla lo componen los numerosos estudios y bocetos resultantes de su efervescencia creativa: pequeñas notas de color y esquemáticos dibujos que recogen las escenas, detalles, poses o figuras que captaban la atención del artista. Tomados directamente del natural tanto en grandes libretas y cuadernos como en hojas sueltas, Sorolla concebía estos apuntes rápidos como ejercicios de impresiones, aunque en ocasiones se valía de ellos para la realización de lienzos más elaborados, como pudo suceder con estos cuatro dibujos de figuras femeninas obtenidos en la playa de Zarautz.
Talleres fotográficos Amer
Joaquín Sorolla pintando en Zarauz, 1910
Positivo antiguo, 14 x 9 cm
Colección Museo Sorolla, Madrid
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