Exposiciones
La obra invitada
Finalizada
27-04-2010 • 05-09-2010
El rapto de Deidamía
Pedro Pablo Rubens
Sala 7
El programa La Obra Invitada —que dio comienzo en 2001— acerca al público obras temporalmente cedidas por otras instituciones y que en el Museo adquieren nuevo significado al ser presentadas como una exposición de una sola obra y en el contexto de la colección permanente. En 2004 la Fundación Santander se sumó a esta iniciativa, patrocinando cada una de sus nuevas ediciones, haciendo posible la organización de varias convocatorias anuales, en ocasiones acompañadas por conferencias dictadas por prestigiosos especialistas, y prestando obras de su propia colección. Desde su inicio, el programa ha presentado 31 convocatorias, incluida la que ahora se presenta y, entre otras, obras de Berruguete, Morales, Zurbarán, Van Dyck, Tintoretto, Artemisia Gentileschi, Canaletto, Fortuny, Monet, Sorolla, Picasso, Chillida, Hockney o, recientemente, Lucien Freud.
En esta edición se muestra un gran lienzo de Rubens (Siegen, Alemania, 1577–Amberes, Bélgica, 1640) perteneciente al Museo del Prado y su correspondiente boceto procedente de Bruselas. Se trata de El rapto de Deidamía, un impresionante lienzo fechado en 1636–1638 y de grandes dimensiones (182 x 290 cm) pertenece a un conjunto encargado por el monarca Felipe IV para decorar la Torre de la Parada, pabellón de caza situado a las afueras de Madrid. Es ésta una de las escasas ocasiones en la que ambas piezas, el boceto preparatorio y la obra final, se presentan juntos por lo que, ahora el programa La Obra Invitada permitirá apreciar el proceso creativo y la magistral habilidad técnica de Rubens, uno de los grandes genios del Barroco y uno de los mejores pintores de toda la Historia del Arte.
Durante la última etapa de su vida Rubens recibió por parte de Felipe IV el encargo más importante de toda su carrera, un conjunto formado por unos 115 lienzos de grandes dimensiones destinados a decorar la Torre de la Parada, pabellón de caza situado a las afueras de Madrid, que el monarca quiso ampliar y reformar. Rubens era una de las escasas personalidades del panorama artístico internacional de la época capaz de llevar a cabo con éxito una empresa de tales características y terminarla en el plazo aproximado de unos dos años. Teniendo en cuenta el volumen del trabajo y la premura de tiempo con la que contaba, tuvo que solicitar la colaboración de otros artistas flamencos en su taller de Amberes. Antes de trasladar al lienzo cada una de las composiciones que componen este formidable ciclo, Rubens plasmó sus ideas en bocetos a escala reducida pintados al óleo sobre tabla y cuya ejecución se reservó para sí mismo. La mayoría de los asuntos representados son mitológicos, inspirados en las Metamorfosis de Ovidio, y constituyen un alarde del conocimiento y la sensibilidad del pintor hacia la Antigüedad clásica.
El lienzo grande, que aquí se presenta con su correspondiente boceto, formaba parte de la serie y es ésta una de las escasas ocasiones en la que ambos, lienzo y boceto, se muestran juntos. Inspirado por Ovidio, Rubens representa una de las escenas más dramáticas y violentas de todo el conjunto en la que recoge el momento en que la hija del rey de Argos, la bella Deidamía, también llamada Hipodamia, es raptada por el centauro Éurito durante el banquete de su boda con Piritoo, rey de los lapitas. Teseo, amigo del novio y presente en el banquete, se lanza impetuoso para evitar el rapto mientras la madre de la joven cae al suelo ante la violencia del enfrentamiento y alarga la mano en un intento de sujetar a su hija. Los centauros, seres mitológicos mitad hombre mitad caballo, habían sido invitados y debido a su inclinación a la lascivia y al estado de embriaguez en que se encontraban después del convite decidieron raptar a las mujeres, hecho que motivó la guerra entre lapitas y centauros.
Como en el resto de la serie, la soltura y la fluidez del boceto, realizado mediante ligeros trazos de pincel, revelan la capacidad creadora de Rubens, quien plasmó después la misma escena en el lienzo haciendo uso de una factura más esmerada y un cuidadoso estudio lumínico propiciado por la riqueza de la gama cromática. En ambas obras se pone de manifiesto no solamente la desbordante imaginación del maestro sino también su habilidad técnica para reflejar la tensión del momento y transmitir la vertiginosa sensación de movimiento que impregna la escena.
Texto: Ana Sánchez-Lassa de los Santos
Conservadora, Museo de Bellas Artes de Bilbao
Pedro Pablo Rubens (Siegen, actual Alemania, 1577 - Amberes, actual Bélgica, 1640)
El rapto de Deidamía o Lapitas y centauros, 1636-1638
Oleo sobre lienzo, 182 x 290 cm.
Colección del Museo del Prado, Madrid
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