Exposición: Pablo Picasso - Museo de Bellas Artes de Bilbao

La obra invitada

Finalizada

19-09-2017 • 26-02-2018

Pablo Picasso

Femme assise dans un fauteuil (Dora)

Sala 32

A lo largo de 2017 se han organizado diversas exposiciones y actividades relacionadas con la celebración del 80 aniversario de la creación del Guernica de Picasso. Entre ellas, el Museo de Bellas Artes de Bilbao acogió la exposición 1937. Sobre Gernika. Guerra y 'civitas', que formó parte de los actos de la capitalidad europea de la cultura San Sebastián 2016.

Con el mismo objetivo de rememorar la trascendencia de una de las obras fundamentales del arte del siglo XX, el programa La Obra Invitada mostrará al público durante los próximos meses, gracias al patrocinio de la Fundación Santander, una pintura destacada de Pablo Ruiz Picasso (Málaga, 1881– Mougins, Francia, 1973). Es un préstamo excepcional ya que se encuentra entre las piezas más relevantes de la colección de la prestigiosa Fundación Beyeler (Riehen, Basilea, Suiza), creada en 1982 por el marchante Ernst Beyeler y su mujer, quienes durante la década de los años cincuenta mantuvieron una estrecha relación con Picasso.

Se trata de Femme assise dans un fauteuil (Dora) (1938), que ha sido seleccionada por su vinculación con el Guernica y otras obras relacionadas con la ejecución de esta pintura en 1937, así como con el ciclo del Osario, de mediados de la década de los cuarenta.

El año de realización del cuadro, 1938, remite inevitablemente al contexto bélico español y europeo de ese periodo, y convierte esta obra en expresión del drama histórico de esos años.

Es el momento en el que Picasso adquiere conciencia política, al tiempo que su arte se transforma en vehículo de resistencia intelectual frente a la opresión y la guerra: el Guernica es una denuncia de la barbarie que pronto se convertiría en emblema universal de paz.

La reducción cromática de Femme assise dans un fauteuil (Dora) –una grisalla que refuerza la espacialidad de la composición, con trazos de óleo color ocre en la figura y el suelo– y la intensidad dramática del cuadro ponen de relieve su correspondencia con el Guernica. Por otra parte, el confinamiento del personaje y la tensión compositiva traducen las particulares circunstancias biográficas en las que Picasso pintó el lienzo: durante este periodo Dora Maar (París, 1907-1997), aludida en el título de la obra, influyó decisivamente en la vida y en el trabajo del artista.

Picasso había conocido en París un par de años antes, y poco antes del estallido de la Guerra Civil española, a la fotógrafa Dora Maar, quien desde finales de los años veinte estuvo estrechamente vinculada al círculo de los surrealistas; de hecho, fue el poeta dadaísta Paul Éluard quien les presentó.

Por entonces, Maar estaba unida al filósofo Georges Bataille y Picasso, aún casado con Olga Khokhlova, mantenía una relación sentimental con Marie-Thérèse Walter. La inteligencia y la sólida formación de la fotógrafa hicieron que su relación, que duró hasta 1943, fuera más allá de la pasión erótica, estableciendo un fructífero intercambio intelectual, una de cuyas consecuencias más trascendentes fue el despertar de la conciencia política de Picasso. Maar fue, además, autora del célebre reportaje fotográfico sobre la ejecución del Guernica. Las imágenes, un documento histórico imprescindible para comprender la realización del cuadro, fueron tomadas en el taller de la rue des Grands-Augustins de París entre mayo y junio de 1937, y publicadas poco después en la revista Cahiers d'Art.

En ese mismo taller Maar, fuente de inspiración además de compañera sentimental, posó en numerosas ocasiones para el pintor a lo largo de los ocho años que duró su relación, periodo en el que realizó una de sus series más célebres con el tema "la mujer que llora".
Otras mujeres –como Marie-Thérèse, su musa de la década anterior– también posaron para Picasso, dando lugar a una tipología de retrato de "mujer sentada", muy abundante en la obra de Picasso, que se concretó en un extraordinario repertorio de óleos, gouaches y dibujos. Más allá del retrato convencional, estas creaciones se convirtieron en un interesante campo de experimentación artística, al tiempo que transmitían con mayor o menor intensidad aspectos psicológicos y anímicos de la modelo, y de su relación con el pintor. En el caso de Femme assise dans un fauteuil (Dora) la fuerza expresiva del personaje y su tormentosa relación con el pintor se suman al drama de la época para provocar un impacto emocional en el espectador. El gran formato del lienzo (188,5 x 129,5 cm) es otra característica que contribuye a la expresividad visual de la obra.

La frontalidad de la imagen se rompe solamente en el rostro de la mujer, que muestra, como una reminiscencia del lenguaje plenamente cubista de décadas anteriores, facciones rotundas y perfiles simultáneos descritos con una gruesa línea negra. Sólo la melena y los zapatos de tacón aportan un elemento de sensualidad al retrato, coronado, además, por un pequeño sombrero.

El resto de la anatomía se "deconstruye" en una serie de bloques tridimensionales, realizados con un trazo de cualidades gráficas, que despliegan espacialmente la composición. En el cuerpo se describe el pecho curvo y un vestido triangular que deja ver el triángulo invertido que insinúa el sexo. Toda la figura aparece doblemente enclaustrada. Por una parte, por la espacialidad cúbica de la representación, que semeja una celda; y por otra, por su encajonamiento en el sillón, del que sólo escapan los brazos.

La monumentalidad del conjunto, la modernidad del lenguaje artístico empleado por Picasso y sus connotaciones biográficas e históricas hacen de esta obra una de las más intensas e innovadoras expresiones del periodo.

 

Pablo Picasso Málaga,1881-Mougins, Alpes Maritimes, Francia, 1973
Femme assise dans un fauteuil (Dora)
[Mujer sentada en un sillón (Dora)]
, 1938
Óleo sobre lienzo
Fondation Beyeler, Riehen/Basilea, Suiza

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