Komachi lavando el libro de poemas - Museo de Bellas Artes de Bilbao

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Komachi lavando el libro de poemas

Shigenaga, Nishimura

Japón , 1697? - 17/06/1756

Xilografía

31,8 x 14,9 cm

Gako Nishimura Shigenaga hitsu (晝,工,西,村,重,長,筆,) y sello del artista Shigenaga

c. 1730

Primera mitad de siglo XVIII

82/765

Donación de doña María de Arechavaleta, de la colección de don José Palacio, en 1953

Esta composición vertical en formato hosoban es muy representativa del arte del ukiyo-e de la primera mitad del siglo XVIII, anterior a la impresión de xilografías en color nishiki-e. Está impresa en tinta negra y luego coloreada delicadamente a pincel, aplicando al papel cola animal o nikawa para intensificar el brillo. Esta técnica se conoce como urushi-e, por la similitud del aspecto final con las lacas urushi. Su autor es el innovador e influyente artista Nishimura Shigenaga y fue editada en torno a 1730 por el editor Sagamiya Yohei, si bien su sello no aparece en esta estampa. El tema que representa es una famosa escena literaria, llevada también al teatro noh, que forma parte de Los siete episodios de Komachi, en referencia a siete anécdotas de la gran poetisa del periodo Heian llamada Ono no Komachi, prototipo de belleza de la refinada corte imperial. El rechazo a algunos pretendientes, sus éxitos literarios y su desencantada vejez plagada de acontecimientos se convirtieron, durante el periodo Edo, en referentes de la cultura popular del ukiyo-e, siendo muchas veces objeto de parodia con las famosas cortesanas de los barrios de placer. En este caso no hay parodia, sino una fiel representación de uno de estos célebres siete episodios, concretamente el denominado Soshiarai Komachi.

En vísperas de uno de los habituales concursos poéticos de la corte imperial, Komachi compuso un poema, representado en la parte superior de la estampa, que decía Makanakuni / nani wo tane tote / ukikusa no / oishigeruran, en el cual la indómita poetisa se preguntaba si la abundancia de las algas que crecen surcando la corriente no se debe a que nadie las ha plantado. La noche anterior al recital, el poeta Otomo no Kuronushi conoció el poema y para descalificar a su rival lo escribió en un libro de una conocida antología poética, el Man'yoshu, con el fin de acusarla públicamente de plagio. Komachi salió victoriosa de la trampa tendida por Kuronushi argumentando que la inclusión de su poema en el libro había sido reciente y que la tinta aún se podría diluir, por lo que sumergió el papel en agua. Esta última acción del lavado del libro de poemas en el palacio imperial es la que se representa en la estampa, la primera de una serie de siete en la que se ilustran otros episodios de la poetisa. Tanto Komachi como Kuronushi están considerados dos de los Seis Poetas Inmortales de la poesía clásica japonesa. (David Almazán, 2014)

Bibliografía seleccionada

  • Arte japonés y japonismo [Cat. exp.]. Bilbao, Bilboko Arte Ederren Museoa-Museo de Bellas Artes de Bilbao, 2014. pp. 233, 252-253, n° cat. 63.