Aurresku ante la iglesia - Museo de Bellas Artes de Bilbao

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Aurresku ante la iglesia

Arrue, José

Bilbao, 01/09/1885 - Llodio, Álava, 05/04/1977

Aguada sobre papel

49 x 65 cm

José ARRUE (ángulo inferior derecho)

Primer cuarto de siglo XX

85/175

Donación de doña Francisca Urra González en 1985

Este Aurresku ante la iglesia podría ser el Aurresku de viejos que, junto con otras obras suyas y de sus hermanos Alberto y Ricardo, llevó este último a Argentina como representante para una exposición que tuvo lugar en el Salón Müller de Buenos Aires en 1922. Dado que no se vendió, podría ser también el que con dicho título presentó en la Exposición de Artistas Vascos celebrada, mientras viajaba por Argentina, en julio de 1928 en el Gran Casino de San Sebastián.

Esta es una obra que destaca desde el punto de vista plástico por el juego entre los colores verdes y violáceos empleados, respectivamente, para las áreas de luz y sombra del paisaje. El azul violáceo del los troncos en los árboles del fondo proporciona un aspecto irreal al bosque. En las copas de los árboles queda a la vista el dibujo y el papel, ya que se dejó sin pintar, dando un aspecto en cierto modo inconcluso a la obra. Sobre esta gama de colores destaca el uso de tonos complementarios, como los ocres y naranjas de la ermita, de algunas indumentarias y de otros elementos en primer plano, como el pan. El gouache se ha aplicado en colores planos, como corresponde a dicha técnica, pero también a modo de acuarela, es decir, en tintas transparentes. La textura de la madera en los troncos, y de las vigas del pórtico, está resuelta mediante trazos de grafito sobre el color, logrando un interesante efecto gráfico. Algunos sombreados están reforzados de la misma forma, por ejemplo, en la capa del personaje en el borde izquierdo de la composición, en la indumentaria del párroco, en el pan y en el montón de sombreros, o en el chaleco del aldeano sentado de espaldas en primer término. Su rostro, por cierto, está plasmado de forma casi miniaturista.

El aurresku es la más elegante y solemne de todas las danzas vascas, en la que los hombres, en realidad los únicos bailarines, homenajean o cortejan a las mujeres, que asumen un papel expectante. Esta obra capta el momento en que el aurreskulari, con la cabeza descubierta tras diversas piruetas, da un último salto levantando sucesivamente ambas piernas frente a la dama. La mujer, aquí con falda roja y portando la boina del bailarín, está escoltada a cada lado, como marca la tradición, por otros bailarines del grupo. Todo el baile, que tiene lugar frente a una ermita, se desarrolla al son del txistu y del tamboril, y en presencia de las autoridades, a la izquierda, y del cura, al fondo. Detrás vemos un bosque de plátanos -con los característicos tocones que quedan tras la poda- a cuya sombra pasean otros ancianos. En primer plano los sombreros, cestas con comida, una jarra y el pequeño ratonero blanco que contempla una escena en la que, con toda ironía por parte del artista, los viejos suplantan a los jóvenes. (José Luis Merino Gorospe)

Bibliografía seleccionada

  • Mur Pastor, Pilar. La Asociación de Artistas Vascos. Bilbao, Museo de Bellas Artes de Bilbao ; Caja de Ahoros Vizcaína, 1985. p. 21. (Con el título Romería y atribuido a José Arrue)
  • Últimas décadas del siglo XIX-primera mitad del siglo XX : de Cézanne a Léger : colección Museo de Bellas Artes de Bilbao [Cat. exp.]. Bilbao, Museo de Bellas Artes de Bilbao, 2009. pp. 216-217, n° cat. 88.