Caja para incienso con una escena de los Cuentos Konjaku

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Anónimo japonés. Finales del siglo XIX

Laca urushi y makie sobre madera

1,6 x 7,4 x 6,2 cm

Posterior a 1884

Final de siglo XIX

82/974

Donación de doña María de Arechavaleta, de la colección de don José Palacio, en 1953

Pequeña caja para guardar incienso. En este caso, la tapa también encaja en el cuerpo mediante un asiento metálico insertado en la boca (okikuchi). Toda la superficie está tratada con laca negra y encima de esta capa, sólo en la tapa, se desarrolla una escena decorativa realizada con la técnica de makie a base de polvo de oro, pero con matices tonales logrados con la adición de polvo de plata. El interior está moteado con polvo de oro (nashiji).
Se representa una escena nocturna. Bajo la luna un hombre toca la flauta, y por detrás se acerca otro con la intención de atacarle. Corresponde a una de las historias de los Cuentos Konjaku (siglo XII) y se refiere al noble Fujiwara Yasumasa (958-1036), poeta y célebre por el manejo de los sables. Una noche de octubre, Yasumasa caminaba tocando una flauta. Al verle, un ladrón comenzó a perseguirle con la intención de robarle su lujoso vestido. Sin embargo, el aura de Yasumasa le imponía tanto que no pudo atacarle. Yasumasa, al darse cuenta de la presencia del ladrón y de su intención, le invitó a su casa y le ofreció el vestido, pero el ladrón, sintiendo un extraño temor, se marchó velozmente. Aunque la historia es antigua, esta escena se hizo muy conocida a raíz de una pintura que realizó Tsukioka Yoshitoshi (18391892) en 1884. La repercusión fue tal que incluso se compuso a continuación una obra teatral de kabuki
basada en este relato. Esta caja responde a la moda que se vivió en la sociedad japonesa relacionada con esta historia. (Yayoi Kawamura, 2014)

Bibliografía seleccionada

Arte japonés y japonismo [Cat. exp.]. Bilbao, Bilboko Arte Ederren Museoa-Museo de Bellas Artes de Bilbao, 2014. pp. 393-394, 528, 532, n° cat. 121.