Atenea con la lechuza - Museo de Bellas Artes de Bilbao

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Atenea con la lechuza

Anónimo. Siglos I-II d. C

Bronce

7,87 x 4,29 x 2,73 cm

Siglo I-II

82/895

Donación de doña Mercedes Basabe, viuda de don Manuel Taramona, en 1943

Figura en pie. Representa a Atenea vestida con túnica hasta los pies y manto que desciende desde el hombro izquierdo y se recoge a la derecha sobre la cintura para crear pliegues verticales en la parte izquierda, que se arquean de forma progresiva hacia el lado opuesto y permiten dejar al descubierto el pecho sobre el que debía aparecer la égida con el gorgoneion, que no ha sido representada o quizás se ha hecho irreconocible debido a las graves alteraciones superficiales que padela obra. La figura parece descansar sobre la pierna izquierda recta y acusa levemente la rodilla derecha flexionada, aunque este movimiento de las piernas no se traduce en ninguna alteración de la verticalidad general de todo el cuerpo. El brazo izquierdo está extendido hacia fuera y flexionado luego hacia arriba con la mano cerrada, probablemente para asir la lanza, pero el orifique se observa dentro del puño no queda orientado verticalmente, lo que hace pensar que este brazo se ha doblado de su possición original. El brazo derecho queda pegado al cuerpo y también flexionado hacia arriba para sostener una lechuza posada sobre un cáliz floral, que se ha doblado sensiblemente hasta descansar la cabeza del ave sobre el hombro de la diosa. Todas estas alteraciode la postura original parecen debidas a que la esculha sufrido la exposición a un fuego intenso que la ha hecho doblarse en las partes más débiles y ha convertido su superficie en una capa áspera e irregular. La cabeza de la diosa es grande, de un tamaño que hace aún más desla talla de su cuerpo. Se cubre con un casco de cimera alta y ancha, cuya visera se remata con ondas quebradas que deben de ser la estilización de una banda de hojas picudas. La cimera es gruesa y adornada con incisiones que reproducen la curvatura del penacho, cuyo extremo cae hasta algo más abajo de la altura de la nuca.

En el British Museum se encuentra una figura procedente de la colección Castellani1 con el mismo tipo de manto y túnica, cuya mano derecha se vuelve hacia el hombro, pero ha perdido la lechuza que debería estar posada encima. En las colecciones del Metropolitan Museum of Art de Nueva York existe una figura de proporciones corporales muy semejantes2 y con la misma indumentaria, cuyos detalles se aprecian aquí con mayor claridad. El brazo izquierdo se dirige hacia delante para sostener la lanza y el derecho está menos torcido, aunque falta la lechuza que debería estar posada sobre su mano. A pesar de que su estilo es también tosco y debe de corresponder a época romana, se reconoce en el modelo una creación griega del siglo V a. C., que tuvo una gran difusión y muchas variantes entre las pequeñas imágenes de bronce.

En el Museo Gregoriano Etrusco del Vaticano hay una figura que corresponde al mismo tipo iconográfico en sus versiones más próximas al original griego, aunque impregnada ya del gusto helenístico por lo amable de la disposición y lo anecdótico de los detalles. En este caso viste aún el peplo dórico y tiene representada con todo detalle la égida, aunque concentra su expresión en la forma de exhibir la lechuza posada sobre la mano dereque se adelanta hacia el espectador y a la que dirila mirada la propia diosa, mientras que la mano izquierda ha abandonado la lanza y se apoya relajadaen la cadera. Una postura similar es la de la pieza de la Biblioteca Nacional de Francia4, que presenta a la lechuza vuelta hacia delante. Una figura del Museo Calvet de Avignon5 responde a proporciones similares, aunque le falta la lechuza, que sí conserva la procedente de Lous-le-Sannier. La correspondiente a este tipo entre las que pertenecen al Museo del Louvre es de formas mucho más estilizadas y una buena ejecución, con la lechuza situada sobre la mano derecha extendida, que parece cruzar su mirada con la de la diosa.

Los paralelos son abundantes en otros museos y colecaunque las frecuentes roturas de los brazos impiconstatar la presencia de la lechuza, como ocurre con la decena de ejemplares de tipología similar que se hallan en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid o en otras colecciones españolas, por lo que es probable que nuestra pieza sea la única de estas características entre las que se conservan en la Península Ibérica.

El modelo originario de esta imagen de Atenea viene de la Prómacos ateniense con la incorporación de la lechuza za, símbolo tanto de la diosa como de la propia ciudad de Atenas, que la utilizaba como emblema de sus moneNo hay seguridad en cuanto a los atributos que porla gran estatua de Fidias, salvo la lanza en que apola mano izquierda, por lo que la lechuza pudo ser uno de sus complementos. Desde luego, la posición estática de la imagen se basa en una obra de función representativa y simbólica, no en la figuración de una acción concreta o de un pasaje de la vida de la diosa, que se ofrece aquí como patrona de su ciudad y, por extensión, de todos los lugares en los que se le dé culto como representante de la inteligencia, el orden y el buen gobierno de los asuntos humanos. (Ramón Corzo, 2011)

Bibliografía seleccionada

  • Corzo Sánchez, Ramón. "Bilboko Arte Ederren Museoko antxinako brontzeak : Taramona-Basabe bilduma = Bronces antiguos del Museo de Bellas Artes de Bilbao : la colección Taramona-Basabe = Antique bronze figures at The Bilbao Fine Arts Museum : Taramona-Basabe Collection", Addenda, n° 1. 2011. pp. 114-118, n° 6.