En esta pieza de danza contemporánea -a cargo de la cía. Proyecto Larrua-, el movimiento se ve afectado por el peso, la emoción, la carga, la dureza, la dinámica rutinaria y duradera que puede generar el arrastrar una piedra. ¿Qué ocurre si esa piedra no es algo material y que puedas ver? Cuando no es algo que te puedas deshacer de ella o arrastrarla… cuando esa piedra es algo más emocional, cuando es el peso de muchas referencias simbólicas hasta ahora no representadas.

El movimiento de esta coreografía dialoga con las figuras, de aspecto humano y tamaño cercano al natural, suspendidas a 4,5 metros del techo del hall Icaza del museo. El acabado monocromo en color gris de las figuras rememora la solidez de la piedra, al igual que las sogas que salen de sus bocas… también protagonistas como motores de sumisión en el ejercicio del arrastre. Este diálogo contribuye a generar esa sensación de violencia, aislamiento y despersonalización, que sólo ve atenuada por la atmósfera musical que acompaña a la pieza de danza, a cargo de Johann Sebastian Bach.

En definitiva, una pieza que reinterpreta la tradición vasca para confrontarla con problemáticas contemporáneas a través de la activación y el movimiento de los cuerpos.

Nota informativa: Dadas las limitaciones espaciales, no se contempla la colocación de sillas para el visionado de esta pieza. En la medida de lo posible, se facilitarán sillas de tijera para aquellos/as que lo requieran.