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Alphonse y Adolfo Guiard, padre e hijo, contribuyeron a la modernización de Bizkaia desde sus respectivas disciplinas. Alphonse no fue el primer fotógrafo en establecerse en Bilbao, pero sí uno de los que desarrolló una carrera más duradera, todavía por investigar en profundidad. Frente a otros géneros, se centró, sobre todo, en inmortalizar para el futuro el espacio de la villa y la fisonomía de sus habitantes.

Durante el siglo XIX, la fotografía y la pintura se interrelacionaron de manera simbiótica. Se influenciaron y nutrieron mutuamente de muy diversas formas, hasta el punto de que incluso los hijos de varios fotógrafos decidieron dedicarse a la pintura. Fue el caso, por ejemplo, de Adolfo Guiard, quien, tras entrar en contacto con la modernidad artística en París en la década de 1880, fue determinante para la renovación de la pintura en Bizkaia. Su estilo, convicciones y carisma dejaron una huella duradera en varias generaciones de artistas, a la vez que motivaron importantes cambios en el coleccionismo y la línea expositiva locales, decisivos en la paulatina adecuación del gusto a los lenguajes de vanguardia.

[ Visitas exclusivas Amigos: 13 de marzo ]