Actividades
Visita participativa
Grietas del olvido, trincheras del recuerdo
Microrrelatos V
Se da continuidad a esta visita participativa, que ofrece una relectura poética de la colección. En este encuentro serán varios los textos que inviten a reflexionar en torno al papel de la memoria, entendida como ese lugar por el que discurren recuerdo y olvido.
Fechas:
22-02-2024 29-02-2024
Hora:
22 de febrero a las 18.00 h o 29 de febrero a las 18.00 h
Precio:
Gratis
Idioma/s:
Castellano
Lugar:
Museo de Bellas Artes de BilbaoMuseo Plaza, 2.
Para quién:
General, Amigos del museo
Inscripción/ entradas:
Plazas agotadas
Aforo:
Limitado
- Visitas guiadas
De título (Cada) monumento de guerra, del artista John Davies, recrea una escena perteneciente a una fotografía realizada en una calle de Beirut tras el estallido de una bomba. La obra apela a la conciencia social y ofrece una mirada histórica sobre una visión del arte que encuentra en la presencia del hombre -solemne y enigmática- todo su protagonismo. Una puesta en escena que responde a la mirada poética de su autor e interpela de una manera dramática y contundente al que la observa.
Tal y como afirmaba el poeta y filósofo Gaston Bachelard, esa mirada es tremendamente importante a la hora de fijar la memoria para la construcción de la identidad del ser humano; una capacidad poética que queda como cualidad necesaria para entender todo aquello que se nos dice del mundo que nos rodea. No es banal que la escultura de Davies nos remita a un emplazamiento de carácter teatral. Como otras obras de su período inicial, ésta remite al existencialismo del Teatro del Absurdo, que predominó culturalmente en los años sesenta y setenta del siglo XX y, sobre todo, a la obra de Samuel Beckett, que dejó profunda huella en el escultor. Un género -el teatral- que tiene la capacidad de convertir la memoria en un escenario, al igual que lo hizo Miguel Delibes y sus Cinco horas con Mario; toda una oda a la memoria colectiva.
Y es que entender la memoria como escenario nos permite también entender que los recuerdos no se van coleccionando en un relato continuo -de manera concatenada y ordenada-, como si de un museo de nuestra vida se tratara; sino más bien como un archipiélago o un laberinto por explorar. Y, ¿qué sucede con el olvido? ¿Es posible hallar lo que se ha olvidado? ¿Podemos ofrecer alguna resistencia? Y en todo caso, ¿es realmente necesario confrontar el olvido o se nos presenta más útil y moral que el recuerdo? Algunos escritores como David Rieff elogian el olvido por su potencia sanadora o como concluye Wislawa Symborzka: «El olvido nos reclama porque la realidad exige que también se diga: la vida sigue… siempre se abre camino. Sigue y sigue… Sigue en Cannas y en Borodino y en Kosovo Polje y… en Guernica».