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30-30-30
Una conversación con Ramón Esparza y María Azkarate
En el marco de la exposición Corinne Vionnet, Vanessa Winship, María Azkarate. Bilbao Metropoli 30-30-30, este cuarto diálogo entre el comisario de la exposición y una de las fotógrafas de la exposición aborda los cambios que ha experimentado Bilbao durante las últimas tres décadas, asumiendo como valor diferencial la mirada de tres artistas mujeres.
Fechas:
15-06-2023
Idioma/s:
Castellano
Lugar:
Web. Proyecto multimedia
Para quién:
General
- Digitales & Multimedia
El proyecto surge a partir del encargo de Bilbao Metropoli-30, Asociación para la Revitalización del Bilbao Metropolitano, y reedita la iniciativa que 30 años atrás impulsó la propia asociación de retratar la fisonomía del eje urbano de la ría y sus habitantes. En aquella ocasión y, como ahora, con el comisariado de Ramón Esparza -doctor en Ciencias de la Comunicación, crítico de arte y experto en fotografía-, se convocó a seis fotógrafos internacionales -Gabriele Basilico, John Vink, Bruce Gilden, Carlos Cánovas, John Davies y Carlos de Andrés- cuyo trabajo se concretó en 86 fotografías que fueron reproducidas en un libro y expuestas en diversas sedes en 1993 bajo el nombre Ría de Hierro. El conjunto fue donado al museo en 1997.
Entonces, la mirada masculina se detuvo en el paisaje urbano y humano del final crítico de una época de esplendor industrial y económico, y en los iconos del imaginario bilbaíno a punto de desaparecer: explotaciones mineras, líneas de ferrocarril, instalaciones portuarias, altos hornos, grúas, naves y fábricas, astilleros y gabarras, el humo de las coladas de hierro fundido… siempre en blanco y negro y, aún, con cámara analógica.
En esta ocasión, y contando también con el apoyo de uno de los principales agentes de la renovación urbana, Metro Bilbao, son tres fotógrafas las que retoman el espíritu de aquella mission photographique para reflejar los cambios acontecidos en el mismo territorio durante los últimos treinta años. A los paisajes urbanos y humanos se suma ahora -tal y como explica Esparza en el texto del libro que acompaña el proyecto- el “tercer paisaje”, el de la asunción de la ruina industrial y su potencialidad como parte estética del escenario.
Ramón Esparza
Comisario de la exposición
Investigador y profesor titular (retirado) de Comunicación Audiovisual de la UPV/EHU
María Azkarate (Vitoria-Gasteiz, 1977)
Estudió Arquitectura en la Universidad de Navarra, en la especialidad de Urbanismo. Después de unos años de desempeño profesional en ese campo, descubrió la fotografía como medio de expresión y comenzó un proceso de autoaprendizaje en el que tuvo contacto con fotógrafos como Carlos Cánovas, Paco Polán, Jon Cazenave, Awoiska van der Molen, Federico Clavarino y David Jiménez, entre otros. En 2017 comenzó a ejercer como fotógrafa de arquitectura, colaborando en la comunicación de proyectos de estudios y empresas vinculadas, al tiempo que desarrollaba trabajos más personales sobre la ciudad y el espacio arquitectónico, temas en los que, en la actualidad, centra su actividad.
Azkarate utiliza la cámara, que siempre construye una visión focalizada en el centro, para investigar justo lo contrario, lo que hay en los márgenes. Este planteamiento llevado al espacio urbano le hace huir de esos centros de atención que constituyen los edificios emblemáticos o espectaculares para dirigir la mirada hacia los bordes de los escenarios construidos por arquitectos y urbanistas. En todos los Ayuntamientos hay un área administrativa denominada “de ordenación urbana” que se encarga de planificar y establecer los límites de lo que se puede hacer en el espacio. La obra de Azkarate no persigue los desmanes urbanísticos, pero se nutre de aquellos elementos que se mantienen fuera de ese orden, bien sea una simple brizna de hierba que nace entre unas losas o bien la parcela que queda sin urbanizar rompiendo la armonía de una hilera de edificios. Esa inversión de valores tiene una primera manifestación en la composición de las imágenes, que colocan lo que debería ser el foco en el fondo y dejan el primer plano vacío. Con este simple cambio, las fotografías producen un evidente choque visual y abren un sugestivo camino para el espectador.